El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha optado por el perfil bajo en el homenaje a las víctimas del atentado terrorista que tuvo lugar en Cambrils (Tarragona) hace dos años. El día después del homenaje del 17A en Barcelona donde coló a Carles Puigdemont y Joaquim Forn en su mensaje de apoyo a las víctimas, el independentista se ha mostrado mucho más sobrio tanto en el acto que ha tenido lugar en la localidad como en su actividad en redes sociales.
En esta ocasión, se ha limitado a mostrar su “agradecimiento” a “todos los servidores públicos y a los servicios de emergencias” que actuaron la fatídica noche del 18 de agosto en el municipio de la costa catalana. Ha aparcado cualquier alusión a la teoría conspirativa sobre el papel del Estado en frenar a los terroristas.
Ceremonia sobria y breve
La ceremonia oficial en Cambrils ha sido de nuevo sobria y breve. Se ha limitado a un minuto de silencio y a la ofrenda floral en el Memorial de la Paz de Cambrils, situado en el paseo Miramar donde ocurrieron los hechos.
Numerosas personas se han acercado para mostrar también su recuerdo de las víctimas y sus familias. Han depositado flores y velas, además de dibujos y pancartas donde se han podido leer mensajes como “no tenemos miedo”, el lema que la ciudadanía asumió en los días después del doble atentado.
El pasado viernes, el Ayuntamiento de Cambrils, liderado por Camí Mendoza (ERC), publicó un manifiesto en conmemoración del segundo aniversario en el que se enfatizaba que la ciudad "siempre mantendrá vivo el recuerdo de las víctimas". El equipo de gobierno republicano respetó en todo momento la petición de los afectados por el atentado de no politizar el acto.
Acto de Barcelona
La misma demanda que se hizo en Barcelona, donde el ruido político sobre los presuntos culpables tapados del ataque terrorista en Cataluña se trasladó a las redes sociales. El acto donde participó Torra, el homenaje oficial en el mosaico de Joan Miró de las Ramblas en el que participó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la alcaldesa, Ada Colau, fue igualmente sobrio.
Los CDR también organizaron su propia acción de protesta par dar alas a las teorías conspirativas que defienden los independentistas y algunos ámbitos de los comunes. Tuvo lugar ante la basílica de la Sagrada Familia sin ningún incidente remarcable.