El acuerdo que negocia el PSOE con Unidas Podemos para permitir la investidura de Pedro Sánchez sigue en el aire. Tras el discurso de Sánchez y la réplica de Pablo Iglesias las posiciones se distanciaron, pero fuentes socialistas mantienen que el jueves, en la segunda votación, el acuerdo se acabará cerrando. Sin embargo, Sánchez se juega la investidura en otro lado. Lo hace frente a un independentismo sin brújula, con las dudas en el cuerpo en Junts per Catalunya y Esquerra que, de una posible abstención, derivaron en la tarde-noche de este lunes hacia un ‘no’ rotundo, principalmente por parte del partido de Carles Puigdemont.

¿Qué ocurre? Los incentivos de cada fuerza política, como señalan los politólogos, en su particular jerga, no conducen a ningún pacto. Esquerra Republicana tiene claro que no puede ni debe bloquear la legislatura y ha apostado, en las reuniones de su dirección, por la abstención. Pero la condición es que el PSOE debería cerrar un acuerdo con Unidas Podemos, y sólo en ese caso, los republicanos permitirán el arranque de la legislatura.

Los independentistas, sin horizonte

Sánchez, sin embargo, ha asumido todos los riesgos. Ni propuso con su discurso un gobierno de coalición cerrado y que proyectara una cierta ilusión a los sectores de izquierda, ni trató de acercar a los independentistas. Y esa posición se une a la falta de horizonte de los partidos soberanistas, que se miran de reojo, que gobiernan en la Generalitat sin ningún orden ni concierto, y que tienen intereses contrapuestos.

El líder del PSOE no quiso ofrecer ningún guiño al independentismo. Para Sánchez hablar de Sanidad es hablar también de Cataluña, porque afecta a todos los catalanes. No hubo ninguna propuesta, aunque Sánchez mantuvo una posición que, en el contexto actual, con la oposición del PP y Ciudadanos, supone un compromiso político con el soberanismo: “Hay un problema político desde el momento en el que el Tribunal Constitucional retocó un Estatut que había aprobado el pueblo de Cataluña”. Pero no hubo más. O sí. El tono fue duro cuando se dirigió a Jaume Asens, (Comuns-Unidas Podemos) al insistir en que “no hay presos políticos en España”.

Pedro Sánchez defiende su investidura en el Congreso de los Diputados / EFE

Los presos de Junts per Catalunya

Y de ahí no pasó Sánchez, que se quiso reservar para las réplicas que ofrecerá a los representantes de Junts per Catalunya y ERC este martes. Con esos mimbres, y viendo que no hay nada hecho con Podemos, el independentismo, en su conjunto, se inclina por el ‘no’ en la votación de este martes.

Los políticos presos de Junts per Catalunya quisieron reaccionar. Y el cambio también se ha operado en ellos. Jordi Sànchez lanzó un mensaje en el que pedía el “no” a Sánchez, tras escuchar su discurso, con un comentario sobre el cambio de apreciación. Y es que hace sólo unas semanas, Sànchez se inclinaba por facilitar la investidura, con una abstención, como Josep Rull y Jordi Turull. Eso contrastaba con la posición de Carles Puigdemont, y con la de Quim Torra, partidarios del rechazo a Pedro Sánchez. Además, el expresidente de la ANC aseguraba que, en otras ocasiones, habían hablado por ellos, y que ahora se trataba de una opinión directa tras escuchar al presidente del Gobierno en funciones.

"No por mí, por España"

Y, como ha ocurrido siempre desde los últimos años, Esquerra no puede todavía desmarcarse del todo de los exconvergentes. Fuentes republicanas señalaban que el ‘no’ estaba más cerca que la abstención, con el argumento de la falta de tacto de Sánchez, que no quiso en ningún momento mostrar un gesto sobre una posible solución política al conflicto catalán.

Con Pedro Sánchez intentando convencer al PP y Ciudadanos para que se decanten por una abstención, “no por mí, sino por España”, y sin mostrar ninguna complicidad con Unidas Podemos que lleve a pensar que la izquierda en su conjunto tiene un proyecto común, el independentismo se decanta por el ‘no’ al líder del PSOE, lo que podría llevar a nuevas elecciones en noviembre.

Esquerra, a la espera

Existe, sin embargo, un factor que sí puede actuar como incentivo para todos, a pesar de los politólogos. Y es que en esa fecha, y durante todo el otoño, la tensión será mucho mayor. En el contexto europeo, el Reino Unido dejará de tener prórrogas para salir de la Unión Europea. El Brexit puede afectar de forma grave a toda la UE y a España en particular. A esa circunstancia se unirá la sentencia del Tribunal Supremo sobre los dirigentes independentistas presos. Con esas condiciones, ni Junts per Catalunya ni ERC querrán saber nada para garantizar la gobernabilidad en España.

El propio Pedro Sánchez lo mencionó para pedir la abstención de Ciudadanos y Podemos, con la idea de que será el conjunto de España el que sufra una posible desestabilización. Por ello, lo que se juega Sánchez este jueves está en el campo de Unidas Podemos, pero también, o principalmente, en el campo del independentismo, aunque no lo mostrara en su discurso de investidura.