La Asociación por la Tolerancia es una de las entidades constitucionalistas más veteranas de Cataluña. Fundada en 1992 para hacer frente al “nacionalismo excluyente”, especialmente en el ámbito lingüístico y para apoyar a las víctimas del terrorismo, de su seno han surgido algunos de los principales promotores de Ciudadanos. Entre sus actividades anuales más relevantes destacan el Premio a la Tolerancia (que han recibido personalidades como Fernando Savater, Francesc de Carreras, Antonio Muñoz Molina, Inger Enkvist, José Luis Bonet, Iván Tubau y Agustín Ibarrola, entre mucho otros), el Ciclo de Cine para la Tolerancia (de la mano de la Fundación Víctimas del Terrorismo) y las Jornadas por la Lengua Materna y el Bilingüismo.
Recientemente ha lanzado la campaña No ho tornareu a fer (No lo volveréis a hacer) en cuatro estaciones del metro de Barcelona como respuesta a la campaña masiva de Òmnium Cultural que lleva por lema Ho tornarem a fer (Lo volveremos a hacer), en referencia al intento de secesión unilateral de otoño de 2017. El presidente de la Asociación por la Tolerancia, Eduardo López-Dóriga (Barcelona, 1967), comparte con Crónica Global algunas reflexiones sobre la actualidad.
-Pregunta: ¿Qué pretenden con la campaña No ho tornareu a fer (No lo volveréis a hacer)?
-Respuesta: Lo que pretendíamos con esta campaña es dar respuesta a otra que no se tenía que haber permitido, la de Ho tornarem a fer (Lo volveremos a hacer), de Òmnium Cultural. Esa campaña vulneraba la convivencia ya que lo que proponía era volver a aquellos tristes momentos de hace dos años en los que se produjo una rebelión de las masas en una votación fraudulenta e ilegal. A lo que nos llevaba esa propaganda de Òmnium era a volver a repetir esa acción.
-¿No se debería haber permitido la campaña de Òmnium?
-No, porque se vanagloriaba de que se volvería a repetir esa acción. Nosotros creemos que no se debería haber autorizado. Y lanzamos nuestra campaña como una respuesta para que hubiera una cierta esperanza en el otro lado de que, si se intentase de nuevo, habrá una respuesta nuevamente. No lo volverán a hacer.
-Denunciar los excesos del nacionalismo es precisamente la razón de ser de Tolerancia.
-Efectivamente. Y este es un ejemplo de exceso del nacionalismo y también lo es que el ayuntamiento permita una campaña en la que se llama a la rebelión y a una votación ilegal. Nuestra respuesta pretende dar ánimos a los constitucionalistas en Cataluña y dejar las cosas claras de que no pueden repetirse actos como los de hace dos años.
-Hace años TMB les vetó una campaña relacionada con el bilingüismo en la escuela. ¿Han tenido problemas para que TMB le autorizara esta campaña?
-Hace unos años se nos vetó una campaña en la que mostrábamos las sentencias del Tribunal Supremo que ordenaban la inclusión de unas casillas en las hojas de preinscripción escolar para poder elegir entre catalán y castellano como lengua de la primera enseñanza. En este caso no se nos ha vetado la campaña, aunque hubo un cierto bloqueo: durante cinco días no tuvimos respuesta por parte de la agencia intermediaria que nos decía que TMB era reacia a aprobar la campaña.
-Pero al final no ha habido problemas.
-La campaña finalmente ha salido, aunque con retraso. Lo que sí hemos sufrido ha sido la desaparición de uno de los carteles, en la estación del metro de Plaza de España, que se repondrá en los próximos días.
-Ustedes también son muy activos en el tema de la lengua en Cataluña. Denuncian que existe una discriminación sistemática de los catalanes castellanohablantes por parte de la Generalitat y de las administraciones provinciales y locales en Cataluña. ¿Cómo está la situación en ese ámbito?
-Somos pesimistas porque, tal como indicamos en el cartel de esta campaña en sus dos primeros puntos, el adoctrinamiento en las escuelas y la exclusión del español de las instituciones estamos convencidos de que va a seguir produciéndose mientras el Gobierno no tome medidas y no se decida a controlar la educación para que eso no ocurra.
-¿Qué medidas concretas proponen?
-Debería ser obligatorio el bilingüismo estricto en todos los estamentos público, cosa que no ocurre. Si eso no se cumple, tal vez habría que adoptar medidas judiciales. No se debería descartar inhabilitar a los responsables públicos que impiden la aplicación del bilingüismo que establecen las leyes. En todo caso, lo que es cierto es que no se cumple el bilingüismo en las administraciones catalanas.
-Plataforma per la Llengua alerta de que el 75% de los niños hablan habitualmente en castellano en el patio del colegio.
-Si ese dato es cierto, es de las pocas esperanzas que nos quedan. Pero yo lo pongo en duda porque el nacionalismo siempre actúa de forma victimista: aseguran que el nivel de catalán es muy bajo y el de castellano muy alto, aunque sabemos que los exámenes de catalán son más fáciles para tratar de demostrar que es necesario seguir con la inmersión y con la normalización lingüística. En todo caso, si fuera así, demostraría que hay una cierta reacción de los niños que ven el catalán como la lengua impuesta y el castellano como la lengua de la libertad.
-Entonces, ¿el patio es el próximo objetivo del nacionalismo catalán?
-Hace muchos años que el nacionalismo lingüístico catalán ha tenido como objetivo el patio. Siempre ha sido su objetivo. Hace tiempo que denunciamos un cartel de un colegio de Cornellà que señalaba “Al pati parlem en català” (“En el patio hablamos en catalán”). Y eso es de hace muchos años. No es que ahora quieran intentarlo, es que llevan intentándolo mucho tiempo. A mis hijos les pedían que se dirigieran en catalán a los profesores. No pueden obligar a mis hijos a que fuera de la clase de lengua catalana tengan que hablar en catalán, utilizarán la lengua que prefieran.
-¿Está el catalán en peligro, como sugiere TV3?
-En absoluto. El catalán cuenta con medios de comunicación potentísimos en toda Cataluña y que son seguidos por millones de personas. El catalán está muy presente en todas las instituciones públicas, mientras se excluye el castellano. Se trata de una estrategia victimista del nacionalismo para conseguir sus objetivos. Su objetivo no es mantener el catalán sino excluir, erradicar el español de la vida pública.
-¿Conoce la propuesta de Ley de Lenguas? ¿Qué opinión tiene Tolerancia al respecto?
-Entendemos que esa propuesta para oficializar de alguna forma en el resto de España las lenguas cooficiales diferentes del castellano es una especie de gesto. Pero desde la Asociación por la Tolerancia no estamos muy de acuerdo con ese planteamiento, que no habla tanto de una lengua común en toda España sino de algo así como de lengua compartida y que asume el término de lengua propia de Cataluña para el catalán. No estamos de acuerdo. Entendemos que es tan propio el catalán como el castellano en Cataluña (y el gallego y el castellano en Galicia o el vasco y el castellano en el País Vasco). No aceptamos considerar propias a las lenguas distintas del español pero no al castellano. Y en cuanto a promocionar a las otras lenguas en el resto de España ya es algo que se hace.
-No lo ven claro.
Creemos que la propuesta de Ley de Lenguas es un gesto que pretende agradar al nacionalismo, contentarle, pero hay que entender que el nacionalismo nunca estará contento porque su objetivo no es la convivencia de las lenguas sino la exclusión del español y de cualquier elemento asociado a la identidad española en sus respectivos territorios de influencia. En todo caso, nosotros ya hicimos hace algún tiempo nuestra propia propuesta de Ley de Lenguas basada en la libertad de elección lingüística en las escuelas.
-Tolerancia es en parte el embrión de Ciudadanos, destacados miembros de la entidad fueron promotores y dirigentes iniciales del partido. ¿Qué opinan de la actual polémica que afecta a la formación naranja sobre si debe facilitar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno?
-Es cierto. Buena parte de los fundadores de Cs previamente estuvieron en contacto con Tolerancia de una forma u otra y tuvimos una relación muy directa con ellos. Sin embargo, dentro de los asociados de Tolerancia hay personas que están más de acuerdo con que Cs debería pactar con el PSOE para evitar que caiga en las manos del nacionalismo y hay otras que opinan que ese pacto puede ser una trampa y que no se puede ceder ante dirigentes que ya han demostrado que están dispuestos llega a acuerdos con cualquiera por llegar al poder. Yo tengo mi opinión personal pero, como presidente de la entidad, no puedo posicionarme por ninguna de las dos líneas.