¿Qué fue de Eduardo Reyes, 'padre político' de Rufián en Súmate?

Eduardo Reyes, presidente de Súmate, lleva tiempo en un segundo plano. El polémico presidente de la entidad promovida por el nacionalismo para extender su plan rupturista entre los catalanes castellanohablantes concedió una entrevista en julio de 2018 en la que mantenía sus postulados secesionistas pero, además, tildaba de "obra maestra" la canción de El Virolai, pese a llamarla dos veces "Virolí".

Reyes fue en su momento el padre político de Gabriel Rufián, antes de que diera el salto a las filas de ERC. Sin duda Rufián ha superado a su mentor tanto en las formas como en el discurso. El controvertido dirigente de Súmate trataba de demostrar en una entrevista en República TV su aprecio por la tradicional canción catalana, pero hasta en dos ocasiones le llamó "virolí". 

"A tomar por culo"

La entrevista versaba sobre la "adaptación" de los inmigrantes a las costumbres nacionalistas, y Reyes intentaba hacer un buen papel como inmigrado integrado y aseguraba que ha tenido que ser él quien enseñara a catalanes de pura cepa el himno de Els Segadors.

Con la poca sutileza que caracteriza su discurso, a la hora de abordar la cuestión política de Gibraltar se despachaba a gusto diciendo que "una mierda va a ser español" y que España no ofrece a los gibraltareños un proyecto de país para que quieren unirse y que, en consecuencia, "a tomar por culo".

El futuro de Súmate

La entidad, creada en 2013, contó al inicio del procés con un fuerte respaldo del Govern de la Generalitat. Sin embargo, con el tiempo y las controversias de un proyecto que no parece capaz de integrar a una masa significativa de los castellanohablantes catalanes ha hecho que, progresivamente, quedara aun segundo lado, eclipsada por Òmnium Cultural y la ANC. 

En su momento, Súmate se desmarcó de la manifestación de la ANC para presionar a los partidos independentistas y otras voces, como la del fundador de Taller de Músic, Luis Cabrera, han cuestionado el papel de la entidad de sumarse a un nacionalismo de "hiperventilados" que, en ocasiones, han visto el castellano como la lengua del "enemigo".

Ahora, la pregunta que muchos se plantean es qué fue de su presidente y del papel de la entidad en un futuro próximo y sin una estrategia definida por parte del mundo independentista.