Ada Colau (c), observa como Núria Marín (i) habla con Carles Puigdemonet (d) en una imagen de archivo / EFE

Ada Colau (c), observa como Núria Marín (i) habla con Carles Puigdemonet (d) en una imagen de archivo / EFE

Política

Puigdemont pacta con Marín la diputación que se quería cargar

Los independentistas han pasado de proponer la eliminación de un ente supramunicipal “español” a aferrarse a una institución que supone para JxCat retener y ampliar poder territorial ante ERC

11 julio, 2019 00:00

No hace tantos años, CiU y ERC proponían la supresión de las diputaciones provinciales por considerarlas una institución española. El expresidente Jordi Pujol abogaba por su eliminación y, durante la elaboración del nuevo Estatut, se debatió su sustitución por las llamadas vegueries, una organización medieval pero más arraigada en el ideario nacionalista catalán. Hoy, los neoconvergentes y republicanos luchan por presidir la Diputación de Barcelona. Hasta el punto de escenificar su enésima crisis.

La explicación a ese cambio de actitud, cuyo punto de inflexión se remonta a 2011, es muy sencilla. En esa fecha, los convergentes despuntaron en las elecciones municipales, lo que convirtió a Xavier Trias en alcalde de Barcelona, una ciudad que se había convertido en feudo socialista, y permitió a CiU gobernar las cuatro diputaciones provinciales. PSOE y Ciudadanos, inmersos en pactos y compromisos de racionalización, abrieron de nuevo el melón de la supresión de las diputaciones. Los nacionalistas se llevaron la mano a la cabeza. ¿Cómo renunciar a los mil millones de euros de presupuesto de que dispone la Diputación de Barcelona?

Ruptura de bloques

Hoy, si no hay sorpresas de última hora, Junts per Catalunya y PSC solemnizarán su acuerdo en la Diputación de Barcelona. Y con él, la ruptura de los bloques políticos que el procés había apuntalado en Cataluña. A riesgo de ser acusados de pactar con “los del 155”, los neoconvergentes han protagonizado “una buena jugada, pues a partir de ahí, comienza su recuperación municipal. ERC avanzó en las últimas elecciones del 26M, pero Junts podrá impedir ahora que ERC compre a sus alcaldes o les castigue”, explican un cargo de la antigua diputación.

La que hoy se renueva, con la actual alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín (PSC), al frente y avalada por Carles Puigdemont, que no ha puesto reparos a una operación que supone un notable balón de oxígeno para los suyos. Por no hablar de los intereses creados por el expresidente catalán, como las subvenciones a medios afines --418.000€ para El Nacional.cat-- y el programa de Marcela Topor, la esposa del expresident, en la Xarxa Audiovisual Local (XAL), con un perfil ideológico muy afín a las posturas del nacionalismo. El presupuesto de la XAL ha subido un 18% durante estos cuatro años al pasar de los 19,25 millones a 22,7 millones. ¿Pero será incómoda la convivencia entre neoconvergentes y socialistas? "Los alcaldes convergentes que formarán parte de la diputación no pertenecen al sector duro de Puigdemont. Están acostumbrados a gobernar, no son unos locos", explica el citado cargo.

Hay que tener en cuenta, además, que, en este ente supramunicipal, las subvenciones destinadas a servicios sociales o inversiones en equipamientos locales, no están sometidas al visto bueno del pleno. es decir, que no se someten a la votación de los grupos de la oposición.

"ERC solo sabe negociar a la contra"

“ERC sabe negociar a la contra, pero no cuando gana las elecciones. Perdió el Ayuntamiento de Barcelona, pero gobernará Sant Cugat del Vallès (Barcelona), Figueres (Girona) y Tàrrega (Lleida) mediante pactos que dejan fuera a Junts”, explican fuentes soberanistas. Revertir los acuerdos en esos tres municipios es la condición que los neoconvergentes pusieron a ERC para renunciar a su pacto con los socialistas en la Diputación de Barcelona. Pero los republicanos no han aceptado.

No es ajena al conflicto entre independentistas la constitución de los consejos comarcales, donde ERC ha desplazado a Junts en Urgell y Terra Alta.