Los cinco nombres fuertes del futuro gobierno de Barcelona
El nuevo ejecutivo local entre Barcelona en Comú y PSC se alejará del activismo del último mandato y apostará por cargos con experiencia de ambos partidos
9 julio, 2019 21:02Borrón y cuenta nueva. El nuevo gobierno municipal de Barcelona que, salvo sorpresa, se aprobará en el pleno municipal del próximo martes, 16 de julio, pivotará sobre cargos con experiencia en la gestión o con una dilatada trayectoria política. En otras palabras, el acuerdo entre Barcelona en Comú y PSC se alejará de la política-activismo que marcó la primera etapa (2015-19) de Ada Colau y su equipo en el ayuntamiento.
Hasta el momento, las negociaciones --no cerradas-- han colocado a dos nombres al frente de un equipo que será bicéfalo. Colau continúa como alcaldesa, pero con menos atribuciones políticas. La más importante que perderá será la cartera de seguridad, que la también líder de Catalunya en Comú (CeC) cederá a alguien que, a diferencia de ella, sí tiene experiencia. Albert Batlle, exdirector de los Mossos d'Esquadra y exresponsable autonómico de Instituciones Penitenciarias, tomará las riendas de esta área, que se antoja como un negociado harto complicado habida cuenta del notable repunte de la criminalidad en la capital catalana.
El área económica, dividida
El cabeza de cartel del PSC, Jaume Collboni, también emerge con fuerza en el cartapacio --provisional a la espera de cerrar los flecos-- que se presentará este jueves en la junta de portavoces de los grupos municipales. El que fuera segundo teniente de alcalde ascenderá un peldaño y se colocará como primer teniente de alcalde o números dos directamente por debajo de Colau. Ésta ya avanzó en junio que veía "lógico" que el jefe de filas de los socialistas en el consistorio asumiera el cargo que en el mandato anterior fue adjudicado a Gerardo Pisarello, actual diputado en el Congreso y miembro de la Mesa. Collboni asumirá también la promoción económica, una labor en la que está bregado por su experiencia previa en la Diputación de Barcelona.
Esta atribución recayó en Pisarello tras la ruptura del pacto con el PSC el pasado mandato. El político-activista, con su ausencia, ha dejado un hueco que llenará Jordi Martí Grau: las cuentas. El exgerente municipal está en todas las quinielas para coger las riendas de la hacienda local, un negociado en el que la gestión de Pisarello presentó lunares. Barcelona en Comú no pudo aprobar ni un solo presupuesto municipal con la oposición --prorrogó dos y aprobó otros dos mediante cuestión de confianza--. No menos importante, el ejecutivo local se vio obligado a recortar en el penúltimo año por un mal cálculo de los ingresos municipales.
Cuatro áreas
Tal y como avanzó La Vanguardia, comunes y PSC sopesan presentar a la oposición cuatro grandes tenencias de alcaldía. Serán las de Colau y Collboni, sí, pero también las de Janet Sanz y Laia Bonet. La actual concejal de Urbanismo retendrá una cartera de la que han salido polémicas medidas como la moratoria hotelera, el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peuat) o la tasa del 30% de vivienda pública a las nuevas promociones. Bonet, por su parte, se perfila como responsable de innovación, ciencia y la Agenda 2030, un plan de acción para lograr un desarrollo sostenible en el planeta, con hitos como la erradicación de la pobreza y la protección de los recursos naturales.
También parece clara otra área fuerte que recalará sobre el PSC: la movilidad. Rosa Alarcón, exdirectora de servicios del gabinete de alcaldía de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), se postula como concejal de una cartera en la que bregará con titanes como Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y cuestiones espinosas como las propuestas del peaje urbano. Quedan por definir y negociar los papeles que tendrán otros pesos pesados de las listas de BComú y PSC. Son Xavier Marcé y Joan Subirats. Ambos tienen un marcado perfil en la gestión cultural que encajaría en una posición de comisionado de Cultura, cargo que actualmente ostenta el también profesor universitario.