La exconsellera de Enseñanza Clara Ponsatí fue la primera en hablar alto y claro del "farol" que, a su juicio, fue el procés independentista, mostrándose muy crítica con que el entonces Govern de Carles Puigdemont no tuviera las llamadas "estructuras de Estado" preparadas para implementar, de facto, la república catalana.
Con su tralsado al Reino Unido para evitar la actuación de la justicia española, sigue siendo una especie de verso libre dentro del nacionalismo catalán. Este jueves se ha atrevido a criticar las camisetas anuales que venden las entidades independentistas ANC y Òmnium Cultural para asistir a la manifestación de La Diada. "Basta de camisetas", ha expresado de forma lacónica y contundente en Twitter.
Merchandising 'indepe'
Ponsatí ya se desmarcó de JxCat cuando decidió cerrar la candidatura de Jordi Graupera al Ayuntamiento de Barcelona. La exconsellera está en línea con los sectores del independentismo que ven cómo el procés se ha convertido en un fin en si mismo. "Procesismo" es el término que utilizan para seguir viviendo del frentismo con el Estado, pero sin querer asumir el coste real de la independencia.
Las camisetas anuales de La Diada son una forma más de hacer caja y, para el entorno de Ponsatí o Graupera, ha acabado adquiriendo un aire folclórico. Como explicó Crónica Global, con el auge del procés independentista eclosionaron un sinfín de iniciativas comerciales para sacar provecho económico del proyecto rupturista. Muchos de estos productos comerciales y de merchandising independentista sufrieron una caída después del auge inicial. Muchas de las empresas que se erigieron durante los años críticos del procés se declararon posteriormente en quiebra o reorientan su negocio dejando de lado la estelada.
Camisetas anuales
Este año, el lema elegido por la ANC ha sido "Objetivo: independencia". Las principales entidades nacionalistas llevan muchas Diadas vendiendo el sueño de una secesión inminente y el mensaje reiterativo empieza a agotar a los sectores más críticos.
La presentación del artículo se produjo este miércoles en Barcelona y contó con la habitual cobertura mediática para calentar los motores de cara a una nueva manifestación multitudinaria.