“Cruzar la plaza con centenares de personas gritándonos putas, guarras y zorras. Esto fue también la investidura de ayer”. Así relata Laura Pérez, concejal de Barcelona en Comú, el trayecto que la comitiva municipal hizo entre el Ayuntamiento y la Generalitat, en medio de insultos y abucheos de radicales independentistas. Éstos habían acudido a la plaza Sant Jaume para protestar por el pacto entre los comunes y PSC, apoyado por Manuel Valls, para impedir que Ernest Maragall (ERC) fuera investido alcalde.
“A pesar de la ilusión de comenzar un nuevo mandato al servicio de Barcelona, ayer fue un día muy duro, La alcaldesa y diversas concejales sufrimos la violencia verbal especifica, de aquella que está reservada para las mujeres. Algunas entramos en el Ayuntamiento y, después, cruzamos hacia la Generalitat entre gritos de zorra y puta. Lanzamiento de monedas, una botella de agua y bolas de papel a parte”, ha escrito Pérez, recién nombrada tercera teniente de alcalde del Área de Derechos Sociales y Feminismo.
“Como representante pública –añade—estoy acostumbrada a que me interpelen en la calle, a los espacios de participación a veces para criticar duramente nuestra actuación política. Y creo que eso forma parte de la vida democrática”. Pero “lo que pasó ayer fue muy doloroso y, sobre todo, un ataque a todas las mujeres que hemos dado el paso de entrar en política”.
La concejal agradece, no obstante, las muestras de apoyo. Por mi parte haré todo lo que esté en mis manos para que los ataques personales y el machismo no tengan espacio en la vida política de Barcelona. Sé que somos mayoría las que pensamos así en todos los partidos. ¡Seguimos!”