Cambio de tercio. Ada Colau mantiene su apuesta por un acuerdo progresista en Barcelona. En eso coincide con el PSC. Pero desea que también se incorpore Esquerra Republicana, que ganó las elecciones con Ernest Maragall al frente. Y ha pedido apoyos a distintas personalidades y empresarios para que esa apuesta se pueda extender. El cambio de rasante es que Esquerra se ha unido a esa petición, y lo han hecho a través de una carta a distintas personalidades y empresarios, con un éxito descriptible por ahora, al margen del mensaje de Colau a través de un artículo en un medio de comunicación.
En esa carta se pide adhesión a un tripartito de izquierdas, con el mensaje de que eso es lo que han pedido los barceloneses, que le otorgaron diez concejales a Esquerra, diez a Barcelona en Comú y ocho al PSC. Sin embargo, la respuesta, por ahora, es nula. Lo que algunos de esos receptores han respondido, como ha podido saber Crónica Global, es que es Colau quien debe decidir ante una propuesta que tiene sobre la mesa: o un pacto de gobierno con Ernest Maragall o un pacto con el PSC, avalado con los votos de la lista de Manuel Valls, que los ofrece gratis total sin entrar en ninguna negociación.
El proyecto de los socialistas
Las conversaciones y los diferentes contactos que se han producido en las últimas horas dibujan un escenario muy abierto. Colau no esperaba el paso de Manuel Valls, ni la presión que ha comenzado a experimentar por parte de los más veteranos de Barcelona en Comú, que proceden en su mayoría de ICV. Los socialistas, por su parte, consideran que ya han lanzado el mensaje que querían, que ya han dejado claro lo que puede ser posible. Y ahora esperan que Colau tome una decisión.
En las jornadas económicas de Sitges, que organiza el Círculo de Economía, la cuestión sobre la gobernabilidad de Barcelona ha estado presente en todas las conversaciones entre directivos y empresarios.
Mal momento para un tripartito
También se le ha preguntado a Pablo Iglesias, que ha dejado la decisión en manos de Colau. Sin embargo, en los corrillos con esos mismos empresarios, Iglesias se ha mostrado favorable a ese plan, según distintas fuentes empresariales. Entraría en la línea que defiende Podemos, que quiere entenderse con los socialistas en el Congreso, con la posible incorporación, incluso, de algún ministro.
El socialista Jaume Collboni
El hecho es que la propia idea de la carta que ha enviado Colau, con el apoyo de Esquerra, podría ser el mejor plan, pero no ahora. Así lo han apuntado fuentes empresariales, que consideran que en los próximos meses la coyuntura política no favorece la formación de una especie de reedición de un tripartito de izquierdas. En el horizonte a medio plazo se dibuja unas nuevas elecciones al Parlament, que llegarán sólo después de que se conozca la sentencia sobre los políticos independentistas presos.
Ganar tiempo hasta el 15 de junio
Eso podría ocurrir --la sentencia-- en los últimos meses del año. Y los propios dirigentes independentistas piensan en el mes de febrero del próximo año como la mejor fecha. El mismo Gabriel Rufián, diputado de ERC en el Congreso, ha comenzado a difundirla.
La estrategia de Colau es ganar tiempo y buscar que, sin que se pueda llegar a ningún acuerdo, Ernest Maragall acabe siendo elegido alcalde de Barcelona, con Barcelona en Comú con un acuerdo preferente
La entrevista con Colau que no llega
Ese sería el motivo de la carta a empresarios, y personalidades, para que firmen a favor de la constitución de un gobierno tripartito de izquierdas. Pero los socialistas, con Jaume Collboni a la cabeza, reclaman precisamente todo lo contrario: que Colau tome decisiones, las que sean, y se sepa a quién prefiere para gobernar Barcelona. El PSC entiende que con la operación que ha iniciado, con el fervor mostrado por Manuel Valls, sólo puede ganar. Sin embargo, quiere jugar la baza hasta el final para desbancar a Maragall.
Para ello, y sin acelerar las cosas, --la votación final llegará en el plenario del Ayuntamiento el 15 de junio-- Jaume Collboni quiere mantener una entrevista con Ada Colau. No se ha fijado todavía. Hay tiempo, señalan fuentes socialistas.
Mientras, los mismos empresarios que han recibido la carta de Colau responden con claridad: “Es ella quien debe decidir, las cosas están claras”.