El juicio del procés en el Tribunal Supremo culmina este miércoles la fase testifical, que habrá contado desde su inicio con el desfile de unos 600 testigos ante los magistrados de la Sala de Lo Penal. Muchos de ellos, sin embargo, han sido superfluos de cara al resultado de la sentencia, apuntan fuentes jurídicas.
El abogado penalista y experto en extradiciones, Jacobo Teijelo, considera que ha habido una inflación de testigos, aunque matiza que la “irrelevancia” de muchos de ellos es algo que se ha observado “ex post”, una vez ya ha testificado. El penalista asume que uno de los motivos para solicitar tantos testigos por parte de la Defensa es para “abrir un recurso” ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en el caso de que el Supremo les denegara esas “pruebas”. “Podrían alegar indefensión y por eso el juez Marchena ha tratado de ser generoso”.
Las opiniones y percepciones no cuentan
Otros de los motivos del número ingente de testigos obedece a la estrategia de los abogados de los procesados de derivar el juicio hacia una causa política y, al mismo tiempo, presionar a los medios con relatos sobre la violencia de la policía. “Al tribunal solo le interesan los asuntos puramente penales, no sus opiniones políticas”, desliza Teijelo.
El penalista Carles Monguilod también coincide acerca de "la generosidad" del tribunal para evitar abrir brechas que sirvan para una sentencia condenatoria de España a Estrasburgo: “El tribunal ha sido generoso porque los hechos que se juzgan son muy sensibles”. Es el tribunal quien tiene la obligación de decidir si éstos “aportan algo a los hechos investigados”, explica el abogado catalán, que añade que es algo habitual que se acuerde entre las partes del juicio quiénes serán los testigos con el propósito de evitar que sean “superfluos”.
Testigos redundantes
El abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero, fue el primero en hablar abiertamente en Rac1 de la incapacidad de llegar a acuerdos con la Fiscalía para avenirse conjuntamente a reducir el número de testigos iniciales --tanto heridos del 1-O como de agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional--, con el fin de que algunos testimonios no resultaran redundantes. También apuntó que muchos de ellos pueden acabar siendo poco válidos a la hora de formar criterio sobre los hechos objeto de acusación.
Lo primordial de los testigos es que hayan estado en el lugar de los hechos que se investigan y se pueda dar el caso que durante su intervención arrojen luz sobre alguna circunstancia o prueba que pueda ser fundamental para cambiar la versión de los hechos. No obstante, añade Teijelo, “no valen las aportaciones valorativas” porque “procesalmente tiene un valor cero”.
En algunos juicios no tan mediáticos en el que participan policías también se acuerda rebajar el número de agentes que testifican para que no se repitan en sus declaraciones, aunque los letrados consultados concretan que “en este juicio es muy difícil renunciar” a un testigo por la trascendencia del mismo. Otra cosa es que, a posteriori, se dilucide que un gran número de ellos han sido de relleno y que no influya en la orientación final de la sentencia.