¿Ha habido lealtad institucional en todos estos años de autogobierno en Cataluña? Esa es la pregunta que incomoda al independentismo catalán, y que el nacionalismo vasco entiende que puede responder con cierta convicción. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, que jugará un papel central en la legislatura que se inicia este martes, señala que la gran prioridad en estos momentos es la “estabilidad institucional”, y que ésta se debe proteger con la etapa del Gobierno de Pedro Sánchez para encontrar soluciones al tema catalán, con “valentía”, pero respetando “la legalidad”.
Esas son las recetas del PNV al independentismo catalán, sabedor de que ha llegado su momento. El nacionalismo vasco, que fue capaz de retirar al lehendakari Ibarretxe, aún a riesgo de perder el gobierno, como así fue, tiene seis diputados en el Congreso y los quiere utilizar, ofreciendo su apoyo “con garantías” al socialista Pedro Sánchez.
Una etapa buena para España
Esa diferencia es enorme en estos momentos entre el PNV y los partidos independentistas. Esteban, en un almuerzo organizado por Tribuna Barcelona, insistió en que se abre una etapa que puede ser fructífera, con España, además, en un momento dulce, porque “ocupará un papel importante en la Unión Europea, y más si se acaba produciendo el Brexit”.
Diversos dirigentes nacionalistas, sin un claro rumbo todavía, y huérfanos de líderes, movían la cabeza confirmando las distintas recetas del portavoz del PNV. Lo seguían con atención Ramon Espadaler, la cara visible de Units per Avançar, y las dos referencias del PDeCAT, David Bonvehí y Marta Pascal. Delante, también, estaba el consejero de Educación, el republicano Josep Bargalló, que pudo apuntarse algunos de los consejos del dirigente nacionalista vasco.
Bilateralidad y árbitro "nacional"
La propuesta de Esteban podría suponer un paso atrás para el independentismo, pero la abraza un nacionalismo catalán confundido que no sabe cómo afiliarse directamente al PNV, como es el caso de los dirigentes del PDeCAT. Para el diputado vasco, todo sigue pasando por tres cuestiones: “reconocimiento nacional, de dos realidades, como son la vasca y la catalana; una relación de bilateralidad y un árbitro nacional”.
El diputado del PNV, Aitor Esteban
Y para acercarse a esos objetivos, lo que queda es “mantener la estabilidad institucional, porque nada se consigue sin instituciones, y sin ejercer la política, y sin mostrar un compromiso mutuo”. Eso se lo pide, aunque Aitor Esteban quiso ser prudente, al independentismo catalán. Al Gobierno de Pedro Sánchez, al que el PNV dará apoyo, a la espera de negociar un programa de gobierno, “también con Podemos, porque somos conscientes de que todos deberemos ceder”, le reclama “valentía, gestos importantes, teniendo en cuenta que tendrá cuatro años por delante”, en referencia a que no habrá elecciones en ese periodo. Ante eso, fue contundente: “Ni hay una unidad española sacrosanta, ni hay una independencia sacrosanta”.
Sin mayorías para la independencia
¿Qué quiso decir? Esteban, que economiza todas sus palabras con intervenciones precisas, lo señaló con claridad, con un mensaje directo al independentismo irredento de Carles Puigdemont. “Yo soy independentista, me gustaría un país con los siete territorios vascos, en una Unión Europea más fuerte y unida, pero sé que no hay mayorías para ello, y que lo que es necesario es el entendimiento con los demás, en territorios en los que las mayorías, precisamente, son las contrarias”, en referencia a Álava, donde los partidos de ámbito estatal ganaron en votos en las elecciones del pasado 28 de abril.
Golpe claro a la estrategia de Puigdemont. ¿El siguiente? “El PNV no va a las elecciones europeas con Puigdemont porque su lista está relacionada con el procés, pero mantenemos muy buenas relaciones con la gente del PDeCAT, aunque, sí, --titubeó—Puigdemont también es miembro del PDeCAT”. En ese momento, las caras de Bonvehí y Pascal se iluminaron. Sí, todo es muy claro y muy confuso. Pero Puigdemont ya no está en las plegarias de muchos dirigentes de la exConvergència, aunque sepan y admitan su ascendencia entre el electorado y asuman que tendrá un buen resultado el próximo domingo.
Carles Puigdemont
Sánchez debe asumir "riesgos"
Aitor Esteban insistió en que el independentismo, hablando siempre del nacionalismo vasco, debe bajar al suelo, y jugar la partida institucional. Y sólo con el trabajo político irá ganando posiciones. También, y en paralelo, el Gobierno español debería “asumir riesgos”. Una de las ideas que lanzó el portavoz del PNV es que los políticos independentistas presos deberían quedar en libertad, al menos hasta conocer la sentencia. Y que él cree que esa sentencia será “absolutoria”. No se refirió, sin embargo, a posibles indultos. “Si los hay o no, lo primero es que se pidan, y no sé si se pedirán”, afirmó.
Pero Esteban tenía una propuesta. En su idea, reiterada, de avanzar hacia el reconocimiento de la “realidad nacional”, apostó por un “árbitro nacional”, que podría ser un Tribunal Constitucional renovado, sin elección “partidista”, y que se asemeje a lo que tiene el Gobierno vasco, el organismo sobre la gestión del concierto económico. “Sobre el concierto económico, existe una Junta arbitral, formada al 50% entre el Estado y las administraciones vascas, y ninguna de las dos partes puede tomar decisiones sin la otra”, remachó el dirigente del PNV.
Todos quieren ser PNV
Un último mensaje, ya de cara a las europeas. “Europa no va a resolver el problema catalán, porque es un tema de un Estado miembro. Sí puede ayudar y favorecer situaciones. Pero no lo resolverá”. En todo caso, y esa es la pulla del PNV a Puigdemont que el independentismo no ha interiorizado, “si se hubiera gestionado todo lo que sucedió el 1-O de otra forma, quizá desde la Unión Europea se hubiera tomado alguna decisión, pero derivó hacia la declaración de independencia y a todo lo que ya sabemos”.
Bargalló iba anotando. Su partido, Esquerra Republicana, quiere recoger ese legado del PNV. Y también Bonvehí y Pascal para el partido que puedan lograr formar, después de las elecciones municipales y europeas, y también Espadaler y Salvador Sedó, que seguían con interés las palabras de Esteban. Todos ellos quieren ser el PNV de Cataluña. Pero, de momento, sólo hay uno, tiene seis diputados en el Congreso y será decisivo para el Gobierno de Pedro Sánchez.