El tribunal que juzga el procés en Cataluña considera "intolerable" el comportamiento de los testigos que los letrados del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, han citado esta mañana, algunos de ellos abogados, por lo que lamenta la estrategia de defensa que están llevando a cabo.
En un hecho insólito en los tres meses que van de juicio, fuentes de la Sala han expresado el "profundo malestar" de los siete magistrados que conforman el tribunal del procés, que opinan que la estrategia de defensa que ejercen Benet Salellas, Marina Roig y Álex Solá y la actitud de los comparecientes ha sido una "provocación".
"Raya con el código deontológico"
En cuanto a los abogados que han declarado en calidad de testigos, muchos de los cuales acudieron a colegios durante el referéndum del 1 de octubre para asesorar a los manifestantes, el tribunal lamenta que el comportamiento que han exhibido hoy "raya con el código deontológico de la Abogacía".
Esta valoración se produce después de que el presidente del tribunal, Manuel Marchena, haya mantenido varios rifirrafes con algunos de los testigos ya desde primera hora de la mañana. La declaración del primer compareciente, un dirigente del sindicato de maestros Ustec-stes (IAC), ya ha estado repleta de interrupciones y aclaraciones del magistrado, sobre todo ante la insistencia del testigo en introducir valoraciones sobre el derecho de autodeterminación, la convocatoria de referéndum, la resistencia de los ciudadanos ante la intervención policial el 1-O o los registros del 20 de septiembre en sedes de la Generalitat.
Así, a partir de ese momento el presidente del tribunal ha mostrado, en esta sesión número 44 del juicio, una actitud mucho más firme y menos didáctica que en ocasiones anteriores ante la deriva de las declaraciones de los siguientes testigos. Especialmente tenso ha sido el interrogatorio a la profesora de filosofía de la Universidad Oberta de Cataluña Marina Garcés por describir su "estupefacción" y "estado de alucinación" ante las cargas policiales en los colegios, y calificar de "incomprensible y triste" la suspensión de la consulta por el Tribunal Constitucional.