Ciudadanos se ha gripado en Cataluña. El motor para seguir creciendo se ha parado, justo cuando llegan las elecciones municipales y las expectativas eran altas para teñir de naranja el área metropolitana de Barcelona. El partido que ha encabezado Inés Arrimadas exhibe sus 57 diputados en el Congreso, con la idea de superar al PP como la referencia del centro-derecha en España, pero, ¿qué pasa en Cataluña, el origen y la razón de ser inicial de Ciudadanos?
Los números son claros. Ha crecido, pero poco si se compara con el ascenso en el conjunto de España. En las elecciones generales de este pasado domingo, el partido que lidera Albert Rivera logró en Cataluña 477.095 votos, y quedó como quinta fuerza política, por detrás de Esquerra Republicana, PSC, los Comuns y Junts per Catalunya.
El porcentaje de voto, clavado
En unas elecciones que supusieron un aumento notable de la participación, del 63,42% de 2016 al 77,58% de 2019, el porcentaje de voto a Ciudadanos apenas varía: del 10,94% al 11,55%. Es decir, no ha aprovechado ese aumento de voto, que se ha ido, principalmente a ERC y al PSC, con aumentos de más de 400.000 apoyos para cada una de esas dos fuerzas políticas.
Arrimadas, en Torroella de Montgrí, durante la campaña electoral
Fuentes del partido aseguran que ese parón es cierto, pero que la polarización ha sido máxima, y admiten que el mayor beneficiado han sido los socialistas, con una apelación al voto útil para mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa. De nada ha servido la campaña atrevida de Arrimadas, con visitas a feudos nacionalistas como Torroella de Montgrí o Vic, para constatar que un partido no independentista y combativo con el nacionalismo tiene todo el derecho a presentar sus propuestas hasta en el último rincón de Cataluña.
Listas en las municipales, menos que el PP
Pero, ¿qué ha pasado con el 1.109.732 votos de Ciudadanos en las autonómicas del 21D de 2017? ¿Eran votos prestados, coyunturales para hacer frente al independentismo? En aquel momento, Carlos Carrizosa, secretario de organización y portavoz en el Parlament, señalaba que el partido iba encaminado a trasladar ese apoyo en los municipios. Se habló de “ola naranja”, porque los apoyos logrados en las autonómicas se habían conseguido en el área metropolitana, con buenos porcentajes también en Girona y en Tarragona.
Subir es factible para el partido naranja, porque los resultados en las municipales de 2015 fueron muy modestos. Ciudadanos fue la sexta fuerza política, por detrás de CiU; PSC, ERC, los Comuns y el PP. Consiguió sólo 176 concejales, con 231.293 votos, lo que representó el 7,43%. Sólo quedó por delante de la CUP, que consiguió 221.746 votos, y el 7,12% de los votos.
Sin ninguna alcaldía, Ciudadanos aspira a entrar en los grandes municipios en las elecciones del 26 de mayo, con un reto mayúsculo en Barcelona, con la candidatura de Manuel Valls, pero también con muchas expectativas en L’Hospitalet, o en los municipios de Tarragona, de Reus --a pesar de cambiar la lista en el último momento, con un problema interno de envergadura-- Salou, Vila-Seca o L’Hospitalet de l’Infant. Sin embargo, la formación presenta 204 candidaturas a las municipales, menos de las 230 que presenta el PP catalán. Ello contrasta con las 800 listas que presenta ERC en su intento de ser el partido hegemónico en Cataluña.
Reorganización interna sin Arrimadas
Los dos partidos conservadores están bajo mínimos en el ámbito municipal. Sin alcaldías importantes en ambos casos, aunque el PP logró ganar en 2015 en Badalona y Castelldefels. Acuerdos entre fuerzas de izquierda impidieron la alcaldía a Xavier García Albiol, en Badalona, y a Manuel Reyes, en Castelldefels. Y el PP sólo retuvo su única alcaldía en Pontons (Barcelona) con la figura de Lluís Caldentey. El PP lograba en 2015 algo más que Ciudadanos, con 234.847 votos, con el 7,54% de apoyo, lo que se tradujo sólo en 214 concejalías.
Lorena Roldán, diputada de Ciudadanos
La cuestión ahora para Ciudadanos es decidir cómo se adapta a la nueva situación, con Inés Arrimadas como diputada en el Congreso. Arrimadas ha podido ser determinante para el partido, protagonizando buena parte de la campaña electoral en toda España, pero desnuda al partido en Cataluña. Junto con Arrimadas, se va también a Madrid José María Espejo-Saavedra, vicepresidente del Parlament y que iba como número dos al Congreso.
¿El partido preferido de los no independentistas?
Ha sido Carlos Carrizosa quien ha tratado de tranquilizar a la organización, inquieta por esos movimientos y por la percepción de que no existe una estrategia clara para reordenar el partido en todo el territorio. La propuesta de Carrizosa, secretario de organización, es que sea todo el partido el que participe en la sustitución de Arrimadas y ha dejado claro que la opción de Lorena Roldán no está decidida. Esta política, muy activa en los medios de comunicación, fue criticada por dirigentes del PP como Andrea Levy por una fotografía en la que se la veía con una barretina en la Diada de 2013.
En el conjunto de España, Ciudadanos es ya la referencia para millones de ciudadanos. Está a un paso de poder superar al PP y en eso trabajará el equipo de Albert Rivera. Pero en Cataluña la fuerza lograda en 2017 se diluye. Con todo a favor, con unas elecciones generales que podían constituir un salto importante y con más participación, el balance es agridulce: cinco diputados, como en 2016, con casi el mismo porcentaje, y con esos 477.096 votos. Muchos, pero insuficientes para ser el partido preferido de los catalanes no independentistas.