Los hechos de Badalona no trascendieron a la prensa en su momento hasta que dos policías locales de Badalona lo explicaron ante el Tribunal Supremo. Estos hechos narran el comportamiento del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y el tercer teniente de alcalde de la Badalona, José Téllez, ante el decomiso de carteles propagandísticos realizados por la guardia urbana de Badalona. Un grupo de 20 personas, liderados por Cuixart y Téllez, obligó al vehículo policial a parar y el dirigente de la CUP cogió del asiento de detrás del vehículo el material requisado por la polícia en cumplimiento de la orden judicial.
Este martes, el socio de Òmnium Cultural y ANC, Josep Maria Cerveró, ha confirmado ante el tribunal parte de la versión policial y ha afirmado que vio a Téllez apropiándose de los carteles. Visiblemente nervioso, Cerveró ha sostenido que el material no eran para la celebración del referéndum del 1 de octubre, que “estaban en el contexto” pero que “no ponían absolutamente nada del referéndum”. Los carteles en cuestión se limitaban a interpelar a Europa y había una orden judicial para requisarlos al hacer propaganda de un acto tumbado por el Tribunal Constitucional como era la votación del 1-O.
Cuixart se puso delante del coche policial
De acuerdo con el testigo, en ningún momento se negaron “a entregar el material a la policía local de Badalona”: “Eso sí, les dijimos que no nos parecía bien”, ha matizado. En este sentido y ante las preguntas de Marina Roig, abogada de Cuixart, ha exculpado al activista político, a quien ha descrito como “calmado” durante ese episodio y que “no vociferó” a los agentes de la policía municipal. No obstante, ha confirmado que se puso delante del vehículo policial: "Puso las manos encima del capó, pero ni zarandeó ni golpeó el vehículo”.
Cerveró ha sostenido que la disputa con los agentes fue en relación a que “se querían quedar nuestra escalera”, pero no “por los carteles que nos tomaron”. Se ha desmarcado de la testifical de los guardias urbanos que aseguraron que la masa congregada por Cuixart les amenazó con que los “echarían de la Policía y os echaremos de Cataluña”. Con todo, el que ha salido más señalado de su testifical ha sido el dirigente de la CUP, quien ya ha sido condenado por el tribunal que juzga el 1-O a una multa de 4.380 euros por "abuso de poder" al obligar a los policías a devolver el material decomisado.