La reivindicación del alcalde Pasqual Maragall ha sido, prácticamente, el único asunto en el que los candidatos a la alcaldía Ada Colau y Manuel Valls han coincidido en el debate de Salvados de este domingo en La Sexta. El procés y la ocupación del espacio público —ya sea por el top manta o los símbolos independentistas— ha evidenciado todavía más las divergencias entre ambos aspirantes a la alcaldía. “Barcelona es rehén de lo que estás haciendo. Divides a la sociedad barcelonesa. La alcaldesa de Barcelona no puede criticar a la justicia”, ha dicho Valls a Colau en referencia al lazo amarillo que el equipo municipal colgó de la fachada pública.

La actual primera edil de la Ciudad Condal ha replicado que “la mayoría de barceloneses” están en contra de la “judicialización de la política” y ha mostrado su disposición en volver a colgar el símbolo partidista tras la campaña electoral. En más de una ocasión Valls se ha intentado desmarcar de Ciudadanos, aunque le ha reprochado a Colau que no hubiera “plantado cara” al independentismo como sí ha hecho “Inés [Arrimadas]”.

Populismo

El debate se ha desarrollado con muchas interrupciones por parte de ambos dirigentes, que no esperaban a su turno de palabra. Uno de los momentos más broncos ha sido cuando se ha hablado de “populismo” y Valls ha comparado la “extrema izquierda y la extrema derecha” en su búsqueda de un “enemigo común”. Colau le ha recordado su presencia en la manifestación de Madrid junto a la “extrema derecha de Vox” y lo ha acusado de ser el “candidato de las élites”. Una definión a la que el exprimer ministro francés, lejos de renegar de ella, ha reivindicado: “sin élites no hay modernismo, no hay catalanismo, no hay Barça”, ha apostillado.

Sobre la seguridad y el modelo turístico --dos de los temas que, según las encuestas, más preocupan a los barceloneses-- tampoco ha habido casi puntos de encuentro entre ambos candidatos. Valls ha reconocido la labor hecho por la alcaldesa respecto a los pisos turísticos ilegales, pero le ha recordado la marcha del hotel de lujo Four Seasons a Madrid debido a la moratoria urbanítista del equipo municipal que prohíbe la construcción de nuevos hoteles en la ciudad catalana.

Seguridad en la ciudad

“El turismo no es el problema, sino el modelo de turismo. Los incidentes en la Barceloneta está muy ligado a los pisos turísticos ilegales", ha dicho la alcaldesa. Valls, no obstante, le ha dicho que el problema es la "seguridad" y ha apostado por crear 1.500 nuevos puestos en la Guardia Urbana para atajar el "caos" que vive la ciudad, con la inseguridad y los manteros.

La cuestión de la seguridad, talón de Aquiles del Ejecutivo de Colau, ha sacado a relucir las diferencias entre ambos para abordar el fenónemo. Mientras Colau se centraba en los "problemas sociales" del fenómeno del top manta, Valls ha recordado la función de la policía para imponer el orden y luchar contra "las mafias". "Os habéis equivocado, la ciudadanía pide orden y que el espacio público sea de todos", ha remachado Valls.