Bosch logra la 'paz social' en Societat Civil Catalana
Los militantes de la entidad aprueban la hoja de ruta de Bosch, menos agresiva con el independentismo, tras un “intenso debate” interno
2 abril, 2019 00:00Societat Civil Catalana tiene ya una nueva hoja de ruta, aprobada a favor con el 97% de sus socios. La entidad, que se ha distinguido en los últimos años, por una oposición férrea contra el movimiento independentista, espera ahora los resultados de las elecciones generales para mantener e incrementar su actividad. Josep Ramon Bosch, su presidente, cuestionado y matizado en las últimas semanas por su “nuevo catalanismo”, ha logrado un acuerdo interno, tras un “intenso debate”.
Fue en la asamblea del pasado viernes. El documento de Bosch, que aboga por un acercamiento con los catalanohablantes, para buscar nuevos consensos en la sociedad catalana, con un espíritu de concordia, se acordó atrás 181 enmiendas. Eso era necesario, apuntan fuentes de la entidad, “para que nadie se sintiera excluido”, con el objetivo de mantener una entidad que se ha visto sometida a un importante desgaste por la pugna entre los propios partidos políticos de signo constitucionalista. El cambio de gobierno en la Moncloa provocó una desorientación interna en la entidad, tras la moción de censura contra Mariano Rajoy, que se unió a problemas de gestión y al relevo de su dirección, con José Rosiñol.
Confrontación entre bloques
Bosch, que fue elegido en diciembre en el último instante como el único dirigente capaz de mantener los equilibrios internos, ha avivado el debate con dos ideas: la aplicación del 155 en Cataluña no sería la solución, a diferencia de lo que defiende el PP y Ciudadanos, y el Gobierno socialista no ha estado en manos del independentismo, como también apuntan los dos partidos constitucionalistas.
Bosch, en un acto de Societat Civil, para cambiar el nombre de la calle Sabino Arana
¿Pero, entonces, qué debe hacer Societat Civil Catalana? A partir de ahora, según Bosch, que se ha visto ratificado por la asamblea, pondrá más énfasis en la “convivencia y en la concordia en Cataluña”. Es decir, se quiere abandonar el clima de confrontación entre dos bloques, el independentista y el que se muestra radicalmente en contra. En esa nueva etapa, Bosch cuenta en la junta con Manuel Miró, cercano al PP; y Xavier Marín, politólogo y el médico Álex Ramos, los dos en la órbita del PSC. En las últimas semanas se añadieron Esperanza García, diputada del PP en el Parlament y Rocio León, activista sindical, que formó parte de las listas del PSC en Tarragona.
Cuestión emocional
Lo que se pretende ahora es rebajar “la tensión emocional” y buscar un doble objetivo: la defensa del Estado de derecho, pero con un relato conciliador. Eso es lo que ha faltado durante todo este tiempo, apuntan las mismas fuentes de la entidad. También respecto al movimiento independentista, que tiene dificultades para modular su discurso, agarrado a la cuestión de los políticos presos y al juicio por el 1-O que se dirime en el Tribunal Supremo.
En el documento se da cuenta de ello, con la advertencia de que la sentencia del 1-O pueda incrementar la cuestión “emocional”.
Neutralidad del espacio público
Se señala que “es muy sorprendente que, a pesar de la intensidad y el dramatismo de los hechos vividos, el bloque nacional-secesionista se mantiene desde 2012-2013. De algún modo, la racionalidad política ha sido sustituida por una lógica de adscripción emocional, donde los ciudadanos se identifican y votan a su familia política, independientemente de sus aciertos o errores. Cualquier estrategia debe tener presente este empantanamiento emociona. La situación está planteada de tal modo que la victoria de unos es percibida como la derrota de los otros. Hay que tener presente que el fracaso del procés supone para una parte de los independentistas un desmoronamiento político completo de fuertes connotaciones sentimentales. Es importante tener presente, finalmente, que la próxima sentencia judicial por la insurrección de octubre de 2017 podría provocar un nuevo incendio emocional en Cataluña, que podría conducir a Cataluña a escenarios que hoy día creemos superados”.
Manifestación de Societat Civil Catalana
La otra columna vertebral de Societat Civil Catalana será la defensa de la “neutralidad del espacio público” y del castellano en el sistema educativo catalán, para que se utilicen en pie de igualdad las dos lenguas oficiales en Cataluña. Una de las propuestas que se ha aprobado es la creación de una Plataforma de Afectados por el Procés, para dar voz a los catalanes “no nacionalistas” que se han visto “silenciados e invisibilizados”. Y también se pide una nueva ley electoral que ofrezca más peso a los catalanes que viven en la primera corona del área de Barcelona.
Lo que pretende Bosch, que se tomó la presidencia de Societat Civil Catalana, aceptada a mediados del pasado mes de diciembre, es buscar un camino propio en pocos meses. Pero, en cualquier caso, la nueva etapa nace con la “paz social”, entre diferentes corrientes que se ven condicionadas por la lucha electoral y con un largo ciclo de elecciones por delante, tras “limar” todos los aspectos de la hoja de ruta impulsada por Bosch que pudiera alentar un catalanismo contraproducente.