Josep Borrell ha relatado al diario alemán Die Welt las dificultades que para él supone visitar La Pobla de Segur, pueblo leridano en el que nació hace 71 años.
El ministro de Asuntos Exteriores prefiere no acudir a su tierra natal para evitarse problemas con algunos independentistas, que lo tienen entre ceja y ceja por su defensa de la Constitución y su rechazo al sececionismo. "Sí que puedo ir, pero no sería muy agradable. Por todas partes colgaron carteles en los que me llamaban una vergüenza para el pueblo", afirma.
"El revuelo que causaría mi visita es algo a lo que no me quiero someter, y tampoco querría que mis amigos de allí tuvieran que soportarlo", añade el ministro, en una entrevista a la prensa alemana cuya traducción al castellano ha sido difundida en la web de su Ministerio.
"Nos llaman traidores"
Borrell aduce el hecho de que los no independentistas no se manifiesten con tanta asiduidad por cuestiones nacionalistas como los que sí lo son al hecho de que "hay gente en Cataluña que ha empezado a plantar cara a los separatistas", pero "acaban teniendo problemas".
"A todo aquel que no sea catalán de nacimiento se le dirá que se vaya. Yo eso lo llamo racismo. Y a los que como yo son catalanes y están en contra del movimiento, se les llama traidores", recalca Borrell.
"Se inventan historias"
Sobre el efecto que está teniendo el desafío independentista en la imagen exterior de España, Borrell admite que "probablemente" el país no tiene una narrativa para contrarrestar el relato de los secesionistas
En opinión del ministro, "los separatistas son excelentes contando historias. Son absolutos profesionales en ello y no tienen inconvenientes en inventarse una historia con tal de que el relato sea bueno". A su modo entender, el Gobierno de Mariano Rajoy "no supo cómo contrarrestar eso", y el del PSOE lo está "intentando", pero asume que "probablemente ya sea demasiado tarde".
Josep Borrell, saludando al responsable de Exteriores argentino, Jorge Marcelo Faurie / EFE
"Han violado la ley"
La entrevistadora da por hecho que el juicio a los promotores del procés no mejorará la imagen de España, ante lo cual el ministro replica que "el Poder Judicial español se está asegurando de que este juicio sea un modelo de transparencia". También recalca que el juicio "no es una decisión política" sino que "se debe simplemente al hecho de que unas personas han violado deliberadamente la ley".
Ante la insistencia en que los veredictos, sean los que sean, "reforzarán la leyenda de los mártires catalanes", Borrell recuerda las recientes palabras de la ya exvicepresidenta catalana, Elsa Artadi, en las que apelaba a una frase de Ana Frank sobre la libertad de expresión.
Artadi y Ana Frank: "Hay que estar mal de la cabeza"
"Tuvo la osadía de comparar la situación de los catalanes con la desesperada situación de la pobre Ana Frank en la Ámsterdam ocupada por los nazis. ¿A qué viene esta comparación? Hay que estar mal de la cabeza. Quien habla así vive en un mundo paralelo".
Con todo, el ministro insiste en que "no hay otra solución" que el diálogo para resolver el problema. "Vivimos en un Estado de derecho, nuestros únicos instrumentos son los de la política", asegura.
Borrell también alude al movimiento independentista en Catalunya cuando se le pregunta por la emergencia de Vox. A su juicio, uno de los motivos es la inmigración y "la otra es la reacción al movimiento independentista en Catalunya". En su opinión, es "lógico" que el nacionalismo catalán haya despertado al español, porque "está claro que la gente se enfada cuando ve que queman su bandera nacional y toda España es insultada como ladrona".
Quim Torra, Elsa Artadi y Artur Mas, en la manifestación en Madrid del independentismo / EFE
'Operación Sophia'
Borrell alude también a asuntos europeos durante la entrevista, como la gestión de la inmigración y opina que la misión Sophia, que fue creada para la ruta Libia-Italia, debería quedarse en esa zona "para que el flujo de migrantes no vuelva a aumentar".
En cambio, recalca que en el estrecho de Gibraltar no son necesarios "barcos de guerra de diferentes países", sino que España y la cooperación con Marruecos "son suficientes". "Más bien, debemos ayudar a los marroquíes a controlar las fronteras, y para ello se necesita mucho dinero", subraya.
Borell también dice que, para avanzar en la construcción europea, "el eje Berlín-París es necesario, pero cada vez menos suficiente", así que deben sumarse más Estados "para participar en la tarea de liderazgo".