El candidato a la alcaldía de Barcelona con el apoyo de Ciudadanos, Manuel Valls, ha desgranado algunas de sus múltiples propuestas económicas frente a un público empresarial en una comida organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona. Aunque el exprimer ministro francés también ha tenido tiempo para referirse a cuestiones políticas, como son los pactos postelectorales --imprescindibles para gobernar-- o la última controversia de la política catalana, centrada, de nuevo, en la simbología independentista.
Al ser preguntado sobre la polémica suscitada en torno a los lazos de la Generalitat, el alcaldable ha preferido marcar distancias y se ha alejado de esta disputa que enfrenta a independentistas y constitucionalistas, éstos últimos representados, sobre todo, por Cs. Valls lo ha definido como un "juego" que sirve "para hacer ruido", y ha añadido que él sólo quiere que se cumpla "la ley, en todos los ámbitos". Así, se aleja de las escaramuzas constantes entre partidarios y detractores del independentismo.
Sorprendido por su aislamiento
Sobre los acuerdos postelectorales, el exprimer ministro francés sigue sorprendido de que personas como Xavier Trias o Jaume Collboni prefieran pactar con Ada Colau antes que con él. Y es que Valls no acaba de creerse lo que está pasando con su candidatura. No acaba de entender cómo se ha llegado a establecer un cordón sanitario contra su figura, del mismo modo que él pide uno para Vox. Y ello a pesar de postularse como un candidato independiente, de su gestos para marcar perfil propio frente a Cs, o de reivindicarse, siempre que puede, como un hombre de izquierdas y socialista.
Respecto a las medidas propuestas, Valls ha asombrado a los asistentes al sugerir que Barcelona debería volver a organizar unos Juegos Olímpicos. Según él, se deberían aprovechar "los equipamientos ya existentes" para que se repitan unas olimpiadas que despierten "ilusión" entre los barceloneses y den "más fuerza a la ciudad". Ha asegurado que ya ha tenido conversaciones informales con Juan Antonio Samaranch Jr, y que de aquí poco lo hará con el Comité Olímpico para estudiar la propuesta.
Apuesta por las Olimpiadas
Asimismo, el exprimer ministro francés también ha asegurado que "es difícil" organizar en la misma ciudad unos Juegos Olímpicos y una Exposición Universal --tal y como propone el líder del PSC, Jaume Collboni, que propone celebrar la Exposición Universal en Barcelona en 2030--. Pese a matizar que se deben estudiar las dos candidaturas, Valls ha realizado una apuesta por la organización de unas nuevas Olimpiadas: "Uno Juegos de Invierno serían muy importantes para Barcelona, Cataluña, Pirineos y nuestro amigos aragoneses. Pero a mi me gustaría que hubiera Juegos Olímpicos de Verano en 2032". Además, ha enmarcado su propuesta en la necesaria colaboración público-privada, la fórmula que, según él, ha estado detrás de todos los grandes proyectos de éxito de la ciudad.
Medidas económicas
El alcaldable por la candidatura Barcelona, capital europea también ha remarcado una serie de iniciativas para dinamizar la economía de la capital catalana. Entre otras, atraer el "talento” e impulsar la “excelencia” en las universidades y su conexión con el mundo empresarial; garantizar la seguridad jurídica y política; o levantar barreras fiscales, financieras, burocráticas e idiomáticas, todo ello con el objetivo de "potenciar la proyección internacional” de Barcelona.
Asimismo, Valls ha aprovechado la ocasión para cargar de nuevo contra la gestión de la actual alcaldesa, Ada Colau. Para el exprimer ministro francés, ella es la responsable del "deterioro económico" de la ciudad por su "incapacidad para gestionar y sus prejuicios ideológicos", que afecta a cuestiones tan importantes para la ciudadanía como el empleo. En este sentido, se ha mostrado muy crítico por la pérdida de proyectos inversores como el hotel Four Seasons, afectado por la moratoria hotelera. Según Valls, se trata de un claro ejemplo "del mal rumbo de la economía" barcelonesa provocado por la mala gestión del gobierno municipal, que es el responsable de "frenar el impulso económico” de la ciudad.