Sin noticias de la Junta Electoral. La Cataluña interior ha desobedecido, al menos hasta esta mañana, las resoluciones de la Junta Electoral Central (JEC) y las provinciales de mantener la neutralidad de los edificios públicos y han mantenido esteladas, lazos amarillos y demás simbología independentista.
Partidos y activistas constitucionalistas están moviendo por las redes sociales fotografías de localidades con poca población de la región en los que los ayuntamientos, gobernados por partidos independentistas, han mantenido las pancartas de apoyo a los políticos presos por el procés o en favor de la secesión. Entre otros, los activistas han señalado localidades como Cardedeu, Santa Maria de Palautordera y Sant Esteve de Palautordera (Barcelona) o Palamós (Girona), localidades donde el material separatista ha seguido adornando edificios públicos pese a las advertencias del ente electoral.
Impertérritos ante la JEC y provinciales
El caso más palmario es Cardedeu, donde el alcalde, Enric Olivé (ERC), ha colocado un triple elemento de desafío a la autoridad electoral: una bandera independentista, una pancarta por la libertad de los independentistas investigados por organizar y acometer el procés y un lazo amarillo. Similares pendones de plástico adornan la fachada del ayuntamiento de Sant Esteve de Palautordera, gobernado por Dani Fernández (PDeCAT), donde una estelada, una foto del exconsejero de Exteriores, ahora imputado por rebelión, Raül Romeva, y un mensaje de Fake Justice reciben al ciudadano en la casa consistorial.
Imagen tomada hoy del Ayuntamiento de Sant Esteve de Palautordera / CG
A su vez, en Santa Maria de Palautordera, el munícipe Jordi Xena (PDeCAT) también ha optado por mantener la misma pancarta de Justicia Falsa en inglés y otra que pide la liberación de los encausados por el proceso secesionista que están en prisión provisional. Recibe a los visitantes en este pueblo un gran mural sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre pintado por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR).
Fachada del Ayuntamiento de Palamós (Girona), hoy / CG
Por su parte, en Palamós (Girona), el primer edil republicano Lluís Puig ha hecho oídos sordos a las advertencias de la Junta Electoral y ha dejado --al menos hasta la mañana del jueves-- la pancarta de Libertad Presos Políticos.
En Barcelona, el gato y el ratón
El enrocamiento de las posturas de los alcaldes en estos territorios coincide con mayores porcentajes de voto independentista. En Santa Maria de Palautordera, por ejemplo, el voto independentista pasó del 70% en las últimas elecciones autonómicas el 21 de diciembre de 2017. Quizá por ello las resoluciones de organismos estatales se encuentran con mayor resistencia que en las grandes urbes. En Barcelona, la alcaldesa Ada Colau acató a las pocas horas de recibir la notificación de la Junta.
Ayuntamiento de Santa Maria de Palautordera, hoy con una pancarta por los presos independentistas / CG
Por su parte, las sedes de la Generalitat de Cataluña en la segunda mayor ciudad española han jugado al despiste con las órdenes del organismo de tutela electoral. Quim Torra, presidente autonómico, ha optado por sustituir el lazo amarillo del Palau de la Generalitat por uno blanco. En otras consejerías del Gobierno catalán se han pintado murales, siluetas o se ha optado por pancartas consideradas neutrales aunque igualmente identificativas de la ideología independentista.