La entidad Societat Civil Catalana, que ha reorientado su mensaje, para buscar a la Cataluña catalano-hablante, no quiere dejar de lado acciones concretas para lograr la complicidad social. Una de ellas es la petición para que la calle Sabino Arana, fundador del PNV, se cambie por el nombre de Rosa Parks, la mujer de color que se negó a ceder a un hombre blanco el asiento en un autobús en 1955. Esa mujer representa, a juicio de Societat Civil Catalana, la “auténtica representante de la lucha contra el racismo y el supremacismo”.
Con su presidente a la cabeza, Josep Ramon Bosch, que ha protagonizado una acción comunicativa en la calle Sabino Arana, la entidad constitucionalista ha querido reflejar una de las contradicciones del nacionalismo catalán. Mientras por un lado defiende a Arana, como un símbolo del nacionalismo vasco, también se ha servido del nombre de Rosa Parks en los últimos años para comparar la situación en Cataluña con la falta de libertades. El presidente Quim Torra se refiere de forma periódica a la necesaria lucha por las “libertades civiles”, emulando a Rosa Parks.
Supremacista y racista
Como si se tratara de un espejo, Bosch sitúa al independentismo ante esa disyuntiva, o una calle en reconocimiento de “un racista, supremacista y machista”, como se tilda a Arana, o Parks, como verdadera representante de una lucha social.
Por ello, se pide cambiar el nombre. Con una cincuentena de simpatizantes de la entidad en el acto, se ha tapado una de las placas de la vía, con un cartel de la activista norteamericana.
¿Pujol y Junqueras?
Según Bosch, Sabino Arana, “ni en Barcelona, Cataluña ni España tiene cabida, porque el discurso del odio no puede estar presente en la calle”.
En un mensaje en la cuenta de Twitter, Societat Civil ha considerado que el mensaje supremacista no es identificable sólo en el caso de Arana. “Este señor dijo que los españoles semejan simios, gorilas. Pero no sólo podemos hablar de este supremacista, sino también de otros como Jordi Pujol o Junqueras”.