¿Por qué Societat Civil Catalana se rectifica a sí misma?
Bosch quiere relanzar la entidad con un proyecto más aperturista, pero choca con los dirigentes vinculados al PP, que tienen en sus manos la política comunicativa
6 marzo, 2019 00:00Societat Civil Catalana tiene un nuevo rol en la política catalana. Y la adaptación a esa nueva situación, en la que se ha dejado de lado la necesidad de grandes movilizaciones en la calle, resulta difícil para sus dirigentes y para sus militantes y seguidores. Hasta tal punto que la propia entidad se rectifica a sí misma, con el objetivo de encontrar el mejor acomodo como herramienta útil para la sociedad catalana que rechaza el proyecto independentista. Las apuestas de su presidente, Josep Ramón Bosch fueron este martes matizadas por la propia asociación, mientras que en los foros sociales se cuestionaba el nuevo papel de Societat Civil Catalana, la entidad que coordinó, el 8 de octubre de 2017, la manifestación más importante, en Barcelona, en contra del independentismo y a favor de la Constitución española.
Josep Ramon Bosch, fundador de la entidad, que fue elegido presidente el pasado 19 de enero, tras diferentes candidaturas que no pudieron lograr mayorías, ha querido rehacer el proyecto. Con un carácter más aperturista, Bosch ha decidido no centrarse en la aplicación del artículo 155 de la Constitución, como defiende el PP y Ciudadanos, y también ha apostado por no hacer una batalla con la cuestión de la lengua castellana y el rechazo a la inmersión lingüística, otra de las banderas de Ciudadanos y del PP.
Bosch y Pedro Sánchez
En apariciones públicas y en entrevistas periodísticas, Bosch ha insistido en que el 155 no puede convertirse en un proyecto político y que, además, no se podría aplicar en las actuales circunstancias, sin que haya una acción concreta del Gobierno catalán que llevara a considerarlo. En esas dos cuestiones, Bosch fue matizado por su propia entidad. Todo después de que Bosch llegara a decir, en una entrevista en eldiario.es, que Pedro Sánchez no ha estado en manos de los independentistas, algo que rompe los esquemas del PP.
Bosch ha contado en su Junta Directiva con miembros cercanos al PP y al PSC, mientras que Ciudadanos se ha ido desmarcando. No tiene a nadie. Bosch y Manuel Miró están en la órbita del PP, mientras que Álex Ramos y Xavier Marín son del PSC. Pero Bosch tiene autonomía, y busca un proyecto más amplio. En las últimas semanas se han incorporado Esperanza García, diputada del PP, y Rocío León, activista sindical de la UGT y que formó parte de las listas del PSC por Tarragona. Con esas sensibilidades, y también con un cambio de Gobierno, con el PSOE en la Moncloa, y a las puertas de unas elecciones generales, la prudencia de Bosch es grande, con la idea de preservar la entidad para que pueda ser “útil” al conjunto de la sociedad catalana. Por ello, no estuvo presente en la concentración en la plaza Colón de Madrid organizada por Ciudadanos, PP y Vox contra la política de Pedro Sánchez.
Esperanza García y Rocío León
El papel de Esperanza García
Ante esas posiciones, Societat Civil Catalana, es decir, esa Junta Directiva, matizó al propio Bosch, en gran medida porque la política comunicativa la quedado en manos de Esperanza García y de Juan Arza, también vinculado al PP, como gerente de la entidad.
“El bilingüismo es una gran riqueza de Cataluña. Defendemos la presencia de nuestras dos lenguas en todos los ámbitos oficiales y en la educación. En este sentido, exigimos el cumplimiento de las sentencias judiciales que reconocen que el castellano debe ser también lengua vehicular en la educación, como lo es el catalán”, señalaba el comunicado de la entidad, un dardo a Bosch para que no se aleje de la ortodoxia, aunque él no esté nada lejos de esos postulados.
¿Y cuando se aplica el 155?
Otra matización, que, de tan leve, no hubiera sido necesaria, pero que demuestra el celo y la defensa del proyecto del PP: “El artículo 155 es una medida democrática y constitucional. Corresponde a los representantes democráticos del pueblo español decidir la forma y el momento de su aplicación. En cualquier caso, creemos que la recuperación de la normalidad institucional y la convivencia en Cataluña no puede basarse únicamente en su aplicación, sino que requiere de una estrategia de largo plazo y amplio alcance”. ¿Se alejó Bosch de esa posibilidad? No, pero era necesario marcar el terreno.
El presidente de Societat Civil Catalana, Josep Ramon Bosch
En algunos foros sociales de miembros de Societat Civil Catalana se considera que Bosch ha ido cometiendo errores, uno tras otro, y que la entidad ha comenzado a dejar de interesar.
Al lado del Gobierno español
Pero, ¿cuál debe ser su papel? ¿Estar al lado del Gobierno español, del color que sea, o defender un proyecto de oposición dura al independentismo y a la naturaleza que lo sostiene: el nacionalismo?
La desorientación ahora es grande, pero Bosch se ha comprometido a reorientar la entidad para buscar, también, un mayor apoyo en el seno de la sociedad catalana, para tender los puentes que permitan un nuevo pacto interno entre catalanes.