Nuevos tiempos, porque las circunstancias han cambiado y porque el movimiento independentista se considera fracasado. Sociedad Civil Catalana quiere iniciar una nueva etapa, pese a sus dificultades internas, y ha elaborado el Plan Estratégico 2019, una especie de hoja de ruta que recupere el llamado “espíritu del 8 de octubre”, el día de la gran manifestación constitucionalista de 2017, que aglutinó a cientos de miles de personas en Barcelona, con un carácter transversal.
Con los primeros pasos dados por su presidente, Josep Ramon Bosch, que pretende, desde la autocrítica, recuperar los consensos perdidos en el seno del constitucionalismo, la entidad tiene en el horizonte inmediato una fecha muy concreta. El 29 de marzo su asamblea general deberá debatir y votar ese plan, que recogerá enmiendas hasta el viernes 22 de marzo. Podría ocurrir que se reproduzca las diferencias internas, o que se logre un gran consenso sobre algunas cuestiones más modestas, pero que se consideran prioritarias.
Acercase a la Cataluña "catalana"
Lo que se pretende es aportar a la sociedad catalana un diagnóstico que se pueda compartir, con una apuesta por una “Cataluña fuerte y plural dentro de una España unida”. Se defiende la pluralidad de España, con la idea de favorecer o de apoyar una ley de lenguas, que algunos colectivos están elaborando, pero también y, principalmente, la pluralidad interna de Cataluña, con la convivencia entre el castellano y el catalán.
Eso se traduce en una reivindicación del castellano en las escuelas, pero en plena convivencia con el catalán, como lengua vehicular. El intento ahora pasa, por tanto, por dirigirse también a la Cataluña nacionalista o a la Cataluña catalanohablante para que se pueda creer, otra vez, en una Cataluña de todos. El texto consta de diecisiete puntos, y aboga por “una nueva conciencia cívica en Cataluña”, que pueda acabar “facilitando nuevas mayorías políticas que estén al servicio de la concordia entre catalanes”. Lo que se tiene claro es que ese plan llega porque se entiende que se ha producido un “desmoronamiento del tsunami independentista” que se inició en 2012.
Josep Ramon Bosch, presidente de SCC / CG
Sin enfrentamientos
Sociedad Civil Catalana quiere huir de enfrentamientos, de polémicas en dos Cataluñas, y se pide que prevalezca una mayor colaboración entre los partidos constitucionalistas, que se sabe rota después del cambio político en la Moncloa, y con la inminencia de un nuevo ciclo electoral. Esos nuevos vínculos, en todo caso, no podrán llegar antes de las elecciones municipales.
Uno de los objetivos a los que no se piensa renunciar es a la “denuncia” de todos los ataques “a los derechos y libertades individuales”, que se puedan producir, insistiendo en la “neutralidad” de los espacios públicos. Se fomentará, también, “el voto a los partidos constitucionalistas”. Y, aunque el contexto ahora es otro, se buscarán acciones en la calle cuando se considere necesario, pero con el trabajo centrado en una labor más pedagógica.
Triplicar socios
Una de las aportaciones es que Sociedad Civil Catalana buscará atraer “al catalanismo no independentista”, acercándose a una parte de Cataluña que no ha tenido, hasta ahora, ninguna vinculación con la entidad.
A nivel interno, la hoja de ruta incide en la “necesaria transparencia”, con la voluntad de triplicar el número de socios, y de buscar una mayor incidencia social, con actos constantes centrados en entrevistas a candidatos de los partidos constitucionalistas. Una primera tanda ya está en marcha, centrada en los candidatos a la alcaldía de Barcelona.