Marchena se dirige a Trapero durante el interrogatorio a este último en el juicio del 'procés' / EFE

Marchena se dirige a Trapero durante el interrogatorio a este último en el juicio del 'procés' / EFE

Política

Trapero: "Advertimos a Puigdemont de que no le acompañábamos en el proyecto independentista"

El interrogatorio al mayor de los Mossos d'Esquadra revela que la Generalitat tenía la intención de celebrar el referéndum secesionista costase lo que costase

14 marzo, 2019 20:51

Ha sido una jornada tensa con una recta final sin parangón en el juicio del procés. Durante cerca de cinco horas, el exmáximo responsable de los Mossos Josep Lluís Trapero ha ofrecido su versión de lo que sucedió antes y después del 1-O y, sobre todo, de hasta qué punto eran divergentes las posiciones entre la Generalitat y la policía autonómica.

Pero la desunión ha asomado de forma aún más evidente cuando, por primera vez en las 17 jornadas que suma la vista oral, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha tomado la palabra para interrogar a un testigo con el objetivo de esclarecer parte de sus manifestaciones.

Encuentro con Puigdemont

A las 18.48, diez minutos antes de que llegara a su fin una sesión en la que han tomado especial protagonismo el rostro tranquilo de Trapero y su contraste con el nerviosismo de la Fiscalía ante los severos apercibimientos de Marchena, el presidente ha anunciado su intención de hacer uso del artículo 708 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para asumir el interrogatorio y formular una pregunta “encaminada a depurar los hechos” sobre los que el major había sido previamente interpelado: "¿Qué preocupación motivó que usted tomase la iniciativa y expresase el deseo de que se produjera un encuentro entre los Mossos y los responsables políticos?".

El magistrado se refería, en concreto, a la reunión que Trapero, junto a otros tres mandos de su cuerpo, mantuvieron con el Govern el 28 de septiembre de 2017, apenas unos días antes de la celebración del referéndum, en el Palau de la Generalitat. El exjefe de los Mossos, lejos de vacilar o titubear, ha perseverado en el semblante reposado que ha mostrado a lo largo de toda la sesión y ha comenzado aludiendo al encuentro que el día 26 ya había mantenido con Carles Puigdemont y Joaquim Forn para instarles “al cumplimiento de la legalidad” y del que los mandos policiales “no salimos especialmente satisfechos”.  

Llamada a Forn por la noche

La segunda reunión, la del 28, ya adoptó "otro cariz", en palabras de Trapero, quien en ese instante ha dado inicio, vehemente, a su alocución: “Vemos que eso no se está parando, por lo que decido hablar con los dos comisarios superiores, Joan Carles Molinero y Ferran López, y les propongo una reunión a Forn para dar una imagen de cuerpo a fin de que [en la Generalitat] no tengan ninguna confusión. Están de acuerdo. Viene Emilio Quevedo también y Manuel Castellví [mandos de los Mossos]. La noche del 27 llamo a Forn y le digo: conseller, no estamos bien, tenemos la necesidad de trasladar una serie de mensajes y le pido una reunión formal con el president, con la presidenta del Parlament y con Oriol Junqueras”. A las ocho de la mañana del día siguiente, ha proseguido el testigo, Forn le comunicó que el encuentro sería esa misma jornada.

Trapero ha explicado que cuando los mandos llegaron al Palau comprobaron que no había acudido Carme Forcadell, lo que no impidió que, una vez dentro, diesen a conocer, tajantes, su postura respecto al 1-O: “Les transmitimos que íbamos como cúpula del cuerpo, que teníamos una preocupación por el orden público y la seguridad ciudadana. Que el hecho de que nos fuéramos a encontrar con dos millones de personas con la intención de hacer algo [era el cálculo estimado de los ciudadanos que acudirían a votar] y unos 15.000 policías, en cumplimiento de una orden judicial, fuesen a actuar en sentido contrario, necesariamente iba a provocar conflictos graves”.

“Los Mossos no íbamos a quebrar la legalidad”

“Les emplazamos al cumplimiento de la legalidad y las órdenes judiciales y les dijimos que no se equivocasen con nosotros, que los Mossos no las iban a quebrar. Que nos les acompañábamos en el proyecto independentista, que estábamos molestos con las declaraciones que habían efectuado varios cargos públicos y que fuesen conscientes de que no íbamos a dejar de cumplir la Constitución. Que estábamos en una posición en la que corríamos riesgos personales y, además, había algunas zonas y unos 40 colegios donde podía haber personas o grupos con actitud diferente de la que se esperaba en general”.

Tras detallar a la sala las intenciones con las que acudieron al Palau y el aviso que transmitieron, Marchena ha dado a las defensas un segundo turno de palabra por si precisaban aclarar algún punto de las afirmaciones. El abogado de Forn, Xavier Melero, le ha preguntado así si tras la exposición obtuvieron alguna indicación. “Hagan el trabajo que tengan que hacer”, fue la respuesta del Govern.

La estrategia de Forn, en agua de borrajas

La intervención del presidente y la respuesta de Trapero han llegado tan sólo instantes después de otro de los momentos clave de la sesión, que se ha producido cuando el major ha desvelado cómo dos días antes de la declaración unilateral de independencia (DUI) los Mossos tenían preparado un dispositivo por si las autoridades judiciales ordenaban la detención de Puigdemont y de los miembros de su gabinete. El exresponsable policial estaba siendo interrogado por Melero, quien buscaba echar por tierra las afirmaciones del testigo sobre el papel de su patrocinado durante los días previos al 1-O.

El letrado ha tenido especial precaución al no interpelar al testigo sobre las advertencias que los Mossos efectuaron al Govern el día 28 sobre la posible escalada de violencia para que Forn no se viera relacionado con una presunta dejadez ante los avisos policiales. La estrategia que finalmente ha quedado en agua de borrajas cuando Marchena ha hecho suyo el interrogatorio y Trapero ha puesto sobre la mesa las exhortaciones que los mandos policiales trasladaron a Puigdemont y a quienes le acompañaban, evidenciando la intención de la Generalitat de celebrar la consulta costase lo que costase.