El nombre de Josep Lluís Trapero vuelve a saltar a la palestra. El que se está convirtiendo en una de las figuras más citadas durante los interrogatorios de esta semana en el juicio del procés ha sido citado como testigo por el Tribunal Supremo el próximo día 14, a las 16.00 horas, aunque le asiste el derecho a no declarar por encontrarse acusado por rebelión en la Audiencia Nacional, donde será juzgado en los próximos meses con una petición de 11 años de prisión.
Junto a él ha sido emplazado a comparecer para ser interrogado ante el tribunal que juzga el 1-O el que fuese número dos de Oriol Junqueras, Josep Maria Jové (16.15), a raíz de los documentos que fueron hallados en su casa, entre ellos una agenda Moleskine con el día a día del desarrollo de los preparativos del referéndum y que ha salido a relucir en varias ocasiones desde que el pasado 12 de febrero arrancara la vista oral.
Según la diligencia de ordenación dictada por el alto tribunal, esa misma tarde acudirán también como testigos el exmagistrado Santiago Vidal (16.30) y el jurista y expresidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional Carles Viver Pi-Sunyer (17.00).
El testimonio de Trapote
El que ha vuelto a citar hoy a Trapero ha sido el jefe de la Policía Nacional durante los hechos que se juzgan, Sebastián Trapote. Su comparecencia, que ha arrancado pasadas las 10.10 horas, ha recogido el testigo de los altos mandos que desde el pasado lunes han puesto en el punto de mira la actuación de la policía autonómica durante los días previos a la celebración del referéndum del 1 de octubre de 2017 y a lo largo de la jornada que marcó un antes y un después para la policía autonómica catalana. Trapote ha citado por primera vez al major de los Mossos al recordar cómo éste comenzó a “poner reticencias” tras tener conocimiento de que el coronel Diego Pérez de los Cobos iba a ser designado coordinador del dispositivo de seguridad.
“No admitía que un responsable del Ministerio del Interior fuera a ser el responsable”. El comisario, en la actualidad jubilado, ha explicado que el fiscal superior de Cataluña convocó a los mandos de los distintos cuerpos a varias reuniones a lo largo del mes de septiembre de ese año, en una de las cuales, el día 14, recibieron la instrucción de elaborar un plan de actuación que incluyese un mínimo de ocho normas con las que afrontar la jornada de la consulta.
El plan de Trapero, insuficiente
Cuando Trapero presentó su borrador, el fiscal, según ha relatado Trapote, se dirigió a aquél y le dijo: “Mire usted, su plan es para hacer un servicio de unas elecciones normales, pero no de la envergadura que va a requerir la celebración de un referéndum”. Una consulta que, ha apuntado el exjefe de policía, ya había sido declarado ilegal. “¿Existía una preocupación sobre lo que podría ocurrir?”, le ha preguntado en ese instante la fiscal Consuelo Madrigal. “Todos éramos conscientes de que ese día iba a ser muy complicado”, le ha respondido el testigo.
El comisario se ha mostrado claro al explicar por qué intuía las dificultades que se iban a encontrar: "Había un llamamiento de los miembros del Govern y de asociaciones independentistas para que el día del referéndum la gente acudiera de manera masiva a los colegios para bloquear la entrada e impedir la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para cumplir con el mandato judicial”, tal y como vislumbró a través de las redes sociales y los medios de comunicación y de las comunicaciones “procedentes del mundo radical e independentista”.
Por este motivo, el fiscal superior se dirigió a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. El objetivo, instarles a que auxiliasen la labor de los Mossos, a cuyo dispositivo de seguridad no llegó a tener acceso. "Si necesitaban apoyo, se lo íbamos a dar. Pero no pidieron ningún apoyo", ha apuntado Trapote, quien, no obstante, ha aplaudido la “colaboración” del que fuese número dos de los Mossos, Ferran López, pero no así de Trapero, con quien no mantuvo ninguna comunicación durante el 1-O. “Yo me dirigía a De los Cobos”.
Ciudadanos organizados
El exoficial ha narrado de forma prácticamente idéntica al coronel De los Cobos cómo se desarrolló la jornada, reafirmando el ambiente hostil al que los agentes tuvieron que hacer frente en los colegios donde se llevaron a cabo las votaciones durante el 1-O. “Había individuos cuya agresividad hacia las fuerzas de seguridad era de una gran violencia. Estaban perfectamente organizados, sabían cómo tenían que hacer la resistencia, nos agredían, nos empujaban, hacían cadenas humanas y trataban, por todos los medios, de impedir no sólo la entrada en los colegios sino también la salida. La virulencia en uno de los colegios era tal que las consecuencias habrían sido graves tanto para los policías como para los ciudadanos”.
Sin embargo, los efectivos policiales tenían ante sí una delicada coyuntura, como ha recordado Trapote. Debían cumplir unas instrucciones de la Fiscalía cuyo objetivo era dar cumplimiento al oficio de la Fiscalía General del Estado en el sentido de adoptar las medidas oportunas para evitar que el referéndum se pudiera producir pero, a la vez, garantizar la seguridad ciudadana. “Había que tener sensibilidad porque había que conjugar el garantizar la seguridad colectiva y dar cumplimiento a un mandato policial. Era una misión bastante difícil”.
El excomisario ha aportado, además, cifras concretas: hasta 65 policías nacionales resultaron heridos, 24 de ellos en Barcelona, 20 en Lleida, siete en Girona, otros siete en Tarragona, seis en Sabadell y uno en Hospitalet.