No es la primera vez que Toni Albà insulta gravemente a la líder de la oposición, Inés Arrimadas. Como tampoco es nuevo que la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) se niegue a tomar medidas. Esto es, a exigir al cómico las normas de comportamiento del Libro de Estilo de TV3. “Es un clown, es un humorista, lo hace en clave de humor”, ha asegurado Núria Llorach, vicepresidenta en funciones de la CCMA --cuya renovación está encallada debido a las disputas entre Junts per Catalunya y ERC--, cada vez que la oposición le pedía explicaciones en sede parlamentaria por el machismo exacerbado del actor.
Se da la circunstancia de que Llorach fue directora ejecutiva del Institut Català de les Dones (1990-2000), organismo dependiente de la Generalitat encargado de gestionar las políticas contra la violencia y la desigualdad de género. A pesar de esos precedentes, Llorach no se ha mostrado muy proactiva en la condena de los insultos del cómico, habitual del programa de humor Polònia de TV3. Insultos que han rozado la homofobia en el caso del líder del PSC, Miquel Iceta.
El bufón del independentismo reincidió el sábado al escribir un tuit donde insinuaba que Inés Arrimadas ejerce la prostitución, le deseaba "buen viaje" a Waterloo --donde la política protagonizó un acto ante el chalet de Carles Puigdemont-- y le recomendaba que no se pasara de largo y termine en Ámsterdam, ciudad conocida por la regulación de la prostitución que se ejerce en el llamado Barrio Rojo. El humorista añadía que en la capital holandesa la líder catalana de Ciudadanos “estaría como en casa", y que tendría "todos sus derechos laborales respetados".
Dos días después, tras la fuerte polémica política y social generada, la CCMA emitió un tibio comunicado en el que se lavaba las manos. Condenaba “los graves insultos del cómico Toni Albà a la líder de la oposición Inés Arrimadas”, pero precisaba que "no es trabajador ni colaborador de la CCMA, sino un actor contratado ocasionalmente por empresas que trabajan para la CCMA en formatos de producción asociada. Por este motivo, las expresiones públicas que pueda emitir desde su perfil personal en Twitter quedan fuera del ámbito de aplicación del Libro de estilo de la CCMA".
Similares explicaciones dio Llorach en la Comisión de Control de la Actuación de la CCMA del Parlament el 21 de septiembre de 2018 y el 23 de noviembre cuando la oposición le pidió explicaciones por los insultos de Albà a los líderes políticos no independentistas.
Pero el Sindicato de Periodistas de Cataluña lo tiene claro. “Toni Albà no es un ‘actor contratado ocasionalmente’. Forma parte del equipo del programa Polònia que tiene un contrato estable con TV3”. Por ello, recuerda que el Libro de Estilo de la CCMA afirma “vincula a los directivos, trabajadores y colaboradores fijos o eventuales de todos los medios de la CCMA, sea cual sea su relación contractual con las empresas del grupo". Asimismo, el Consejo de Gobierno "aprueba el libro de estilo y la dirección de cada medio de la CCMA, en su ámbito competencial, tienen la obligación de difundirlo, cumplirlo y hacerlo cumplir íntegramente. Todo el personal debe conocer y cumplir".
La diputada del PSC, Beatriz Silva, prepara una batería de preguntas parlamentarias para los responsables de la CCMA, pues considera que “las explicaciones dadas en esta ocasión incluyen una condena, pero “no queda claro si se ha puesto en contacto con él para apercibirle. Es necesario que tome medidas”. Silva se pregunta “qué ocurriría si una figura de TV3 llamara “puta” a Carme Forcadell (expresidenta del Parlament). ¿Seguiría en antena? “.
El caso de Roseanne Barr
Recuerda la diputada cómo la cadena norteamericana ABC canceló la que iba a ser su serie del año porque su protagonista, Roseanne Barr, había publicado un tuit ofensivo comparando a una asesora de Obama con El planeta de los simios. Barr borró el tuit casi inmediatamente y publicó otro disculpándose, pero la ABC anunciaba que la afirmación de la actriz era "abominable, repugnante e incompatible con nuestros valores" y que por esta razón cancelaba la serie.
No es el caso de Albà, quien con gran altivez, asegura a quienes le critican que tienen “deficiencia de comprensión lectora”. Entre sus detractores se encuentra su jefe, Toni Soler, productor de Polònia, que ha emitido un comunicado en el que se desmarca de esos insultos.