Carles Puigdemont ha vuelto a criticar a la Unión Europea, esta vez, a cuenta del juicio a los dirigentes del procés en prisión preventiva.

El expresidente de la Generalitat ha difundido este miércoles un extracto de su intervención de ayer en Berlín, en el que cuestiona el papel de las instituciones comunitarias en este asunto, equiparando la situación de los dirigentes catalanes con la grave crisis que sufre Venezuela.

"¿Por qué la UE está más preocupada con lo que pasa en Venezuela que lo que ocurre en Madrid? El juicio plantea una prueba de estrés para España y su poder judicial, así como para la democracia española", fue la frase que el prófugo ha destacado hoy en su perfil de Twitter.

Eurofobia

No es la primera vez que Puigdemont carga contra la UE por no hacerle caso alguno con el procés. El pasado 1 de febrero, aplaudió el asedio de simpatizantes de la ANC a la sede barcelonesa de la Comisión Europea, y arremetió con dureza contra este organismo, advirtiéndole en tono amenazante de que "no nos olvidaremos de su silencio y su cobardía".

Las eurofobia y habituales salidas de tono del líder posconvergente y su entorno no están pasando desapercibidas en las instituciones europeas, que al margen de ignorar sus continuas peticiones de apoyo, han paralizado su lobby CATglobal, tal y como informaba Crónica Global el pasado fin de semana.

"Mediación" rusa

Sin ir más lejos, el pasado domingo el presidente de la Generalitat, Quim Torra, aplaudió la idea de una "mediación" de Rusia para Cataluña al compartir un artículo del diario ruso Komsomolskaya Pravda en el que se llegaban a establecer paralelismos con la Guerra Civil y Siria. La misma publicación en la que, unas semanas antes, Puigdemont defendió en una entrevista una Cataluña independiente con "relaciones estrechas y amistosas con Rusia". 

Ya este martes, horas después de haber asistido a una cena de gala y una polémica entrega de premios de cine en Berlín mientras parte de sus compañeros esperaban el juicio en prisión, Puigdemont insistió en su clásico argumentario de que tanto él como el resto de acusados son personas que fueron "elegidas democráticamente" y que sólo cumplieron con las decisiones del Parlamento catalán, declaradas ilegales en reiteradas ocasiones por la Justicia española.