Falta poco menos de cuatro meses para que se celebren las elecciones municipales, pero Ada Colau guarda un gran hermetismo sobre su lista electoral. De momento, solo ha desvelado que formará tándem con otro miembro de Barcelona en Comú (BComú), Joan Subirats, pero nada se sabe de los candidatos de sus socios de ICV y Podem. Ese mutismo inquieta a ambas formaciones, especialmente a los ecosocialistas, que atribuyen la marcha de Laia Ortiz, que no repetirá en las listas, al personalismo de la alcaldesa, criticado también por los comunes soberanistas.
"Laia lo lleva con discreción, pero está claro que, políticamente hablando, no se sentía ni querida ni deseada", explica un miembro de ICV, muy crítico con lo que llama el "cesarismo" de Colau.
La teniente de alcalde Laia Ortiz
El "personalismo" de la alcaldesa
"La líder de BCNComú cree que librarse de la partitocracia implica personalismo. Y eso es lo peor que le puede pasar a una confluencia con tantas siglas y sensibilidades", añaden fuentes de ese espectro ecosocialista al que pertenece Ortiz.
Marc Rius, director de la Fundació Nous Horitzons --vinculada a ICV-- escribía en sus redes sociales: "Está claro que el supuesto fin de las ideologías, fin de la vieja política y fin de los partidos tradicionales no ha significado el fin de las miserias, conspiraciones y egocentrismos en la política. Tampoco debe sorprender, Maquiavelo ya lo tenía claro”. No está mal como mensaje interno.
Crisis en los comunes
La férrea gestión de Colau y su marido, Adrià Alemany --para algunos el verdadero cerebro de los comunes-- ha provocado diversas situaciones de crisis. La más importante estuvo protagonizada por Xavier Domènech, quien en septiembre de 2018 decidió abandonar todos sus cargos, tanto el que tenía en el Parlament, como el de coordinador de Catalunya en Comú y el de secretario general de Podem, harto de las intromisiones de un matrimonio que también provocó la defenestración de Elisenda Alamany y Marc Grau. Esta pareja no aguantó el pulso --más de poder que ideológico-- con los líderes de los comunes. Ella dimitió como portavoz del grupo parlamentario y él fue destituido como coordinador.
Alamany es la impulsora del manifiesto Som Comuns. Som Sobiranistes, génesis de un sector que reprocha a la alcaldesa la desaparición de cualquier referencia a la construcción de una república catalana y a un proceso constituyente con el derecho a decidir como eje.
El vacío de los concejales
Colau tardó 24 horas en elogiar la figura de la teniente de alcalde Laia Ortiz en su perfil de Twitter. Por el contrario, el silencio de Janet Sanz, Agustí Colom, Laura Pérez, Mercedes Vidal y Josep Maria Muntaner fue muy elocuente. Jaume Asens, en cambio, sí dedicó un emotivo elogio a la ecosocialista. Dicho de otra manera, la mayoría de los 11 concejales de Colau no valoraron públicamente la marcha de su compañera. Una decisión que Gala Pin, regidora de Ciutat Vella, también podría tomar.
La renuncia de Ortiz a repetir en las listas electorales supone la pérdida de un referente importante para ICV en esa confluencia de izquierdas que lidera Colau. Los ecosocialistas desconocen qué cuota tendrán en la candidatura de la alcaldesa, dado que el hermetismo "es absoluto". Podem se encuentra en una situación similar. El partido, que también ha atravesado por difíciles momentos --Pablo Iglesias pidió a Domènech, con quien mantiene una fuerte amistad, que liderara su partido en Cataluña porque no se fía de Colau--, ahora atemperados por la nueva etapa de Noelia Bail al frente de la secretaría general. Bail está llevando a cabo una intensa labor para afianzar la presencia territorial del partido. Y al igual que ICV, permanece a la espera de ver la lista oficial. Son discretos, pero admiten que la confección de las listas “es un lío". Obviamente, no tan grande como el que tienen ahora los podemitas en Madrid.
El tándem electoral
Joan Subirats es el único nombre que se conoce de la lista de la actual alcaldesa. El actual comisionado de Cultura fue uno de los impulsores de Guanyem Barcelona, el embrión de BComú. A pesar de que Subirats cuenta con la máxima confianza de Colau, no fue su primera apuesta para ser su número dos. Era el exconcejal del PSC Jordi Martí, actual gerente del Ayuntamiento, quien estaba llamado a ello tras la decisión del partido de proponer a Gerardo Pisarello como cabeza de lista en las elecciones europeas.
Existen dos teorías sobre ese proyecto fallido. Por un lado, el malestar que generaba entre las bases de BComú la posibilidad de que el grupo municipal quede en manos de un exsocialista si Colau pierde las elecciones y rechaza pasar a la oposición. Por otro lado, algunas fuentes aseguran que Martí se resistía a perder el nada desdeñable sueldo que cobra ahora como gerente municipal.