A Quim Torra no le van los asuntos terrenales. Inmerso en su campaña internacional en defensa de los "derechos civiles de los catalanes", el presidente se desentiende de su propia acción de gobierno. El resultado es el desconocimiento que ayer demostró en el pleno del Parlament sobre las políticas sociales --o la falta de ellas-- del Govern.
Citado para informar sobre el deterioro de los servicios públicos y las condiciones laborales de los trabajadores, Torra se desentendió de cuestiones como la pobreza infantil, la nueva huelga convocada por los médicos, las listas de espera en Sanidad, la caótica gestión de la Renta Garantizada de Ciudadanía o de la acogida de los menores extranjeros no acompañados (MENA). Temas todos ellos que competen a sus socios de ERC. Y en ellos derivó cualquier tipo de explicación más pormenorizada. Ya preveían que Torra no entraría en el fondo del asunto, por lo que los republicanos utilizaron la táctica de interpelar a sus propios consejeros para que concretaran sus medidas --Sanidad y Educación, principalmente-- en la sesión de control al Govern.
De hecho, el president no desentona con la teoría expresada por el portavoz parlamentario de su grupo, Eduard Pujol, quien asegura que "las listas de espera distraen de la independencia". O de Maria Sirvent, diputada de la CUP, para la que el activismo contra la "represión policial" es prioritario respecto al quehacer de la Cámara catalana. De ahí el plante que los diputados secesionistas hicieron la semana pasada.
Los últimos coletazos del 'procés'
La oposición fue muy dura con Torra, a quien acusa de estar más preocupado por los últimos coletazos de un procés al que el independentismo más rupturista intenta reanimar con respiración asistida --léase: agitación a rebufo del juicio del 1-O, que se reanudará el 5 de febrero--, que de los problemas reales de los catalanes. Entró en materia el diputado del PSC, Pol Gibert, quien calificó de "absoluto desastre" la ejecución de la Renta Garantizada después de un año de su aplicación --depende de la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias que dirige ERC-- y acusó al Govern de "desidia" en materia de pobreza infantil. Un hecho "que ha crecido más de cuatro puntos en un año situándose en el 28,5%", declaró.
El diputado del PSC Pol Gibert en el Parlament / PARLAMENT
En Sanidad, el diputado socialista denunció que el gasto público ha bajado 881 millones en siete años, lo que provoca unos recortes que "han recaído sobre las espaldas de los profesionales" y han aumentado la listas de espera, ya sea para una intervención quirúrgica, una prueba médica o una visita al especialista. Este fue el repaso territorial de Gibert: "En Lleida han cerrado 1.285 camas desde 2011, un TAC en Reus supone 297 días de espera, una colonoscopia en el Hospital Taulí supone 139 días de espera y, en total, en Cataluña tenemos 170.000 personas pendientes de una intervención quirúrgica. Una situación límite que explica las huelgas de batas blancas que tuvimos en el mes de diciembre". Y que se pueden volver a repetir, ya que el colectivo médico ha anunciado nuevas movilizaciones.
"La república no existe, señor Torra"
Por su parte, la líder catalana de Ciudadanos, Inés Arrimadas, aseguró que Cataluña "está a la cola de derechos laborales de los trabajadores públicos, pero a la cabeza de creación de chiringuitos". Arrimadas, que exhibió un cartel con la frase La república no existe, señor Torra --alusiva a la famosa frase pronunciada por un mosso a un manifestante--, abundó en la "ignorancia" del president incluso en las materias procesistas que le interesan. "¿Pero, usted, en qué facultad de Derecho ha estudiado?", preguntó con sorna la líder de la oposición, después de que Torra asegurara que Carles Puigdemont ha sido juzgado en Alemania --se refería a la vista sobre la euroorden--.
"Tenemos tasas de precariedad por encima de otras comunidades autónomas, infradotación de personal, promesas incumplidas, falta de recursos, recortes en las pagas extra, en derechos y en políticas sociales", pero "sus prioridades son otras", sentenció.
El "delirio" de Waterloo
El presidente del PP, Alejandro Fernández, exigió a Torra gobernar y soltar lastre del "delirio" de Waterloo, en alusión al refugio de Puigdemont. Sobre la situación de los servicios públicos, el popular afirmó que el Ejecutivo se ve "obligado a venir a hablar de ello al Parlament porque Cataluña vive un periodo de excepcionalidad democrática. No porque el Estado de derecho tenga que restablecer la legalidad, sino por haber creado un presidente y un Govern en el exilio antidemocráticos".
La presidenta del grupo parlamentario de Catalunya en Comú-Podem, Jessica Albiach, en la tribuna del Parlament / PARLAMENT
La presidenta del grupo parlamentario de Catalunya en Comú-Podem, Jessica Albiach, apuntó en la línea de flotación de todo gobierno: sus presupuestos. Sabedora de que su formación es decisiva y a ella van dirigidas las peticiones de apoyo de los independentistas, Albiach avisó de que "si no presentan unos presupuestos sociales que estén a la altura del pueblo de Cataluña pueden empezar a asumir que no contarán con nuestro voto. Si no revierten los recortes, no cuenten con nosotros. Y estamos a años luz", dijo.
Peleas internas
La portavoz de los comuns lamentó que el Gobierno de Torra y Pere Aragonès, el vicepresidente económico de ERC, "esté renunciando a más recursos y utilizar todas las herramientas a su disposición debido a su parálisis por las peleas internas y por su falta de liderazgo e iniciativa". "¿A qué está dispuesto el Govern? ¿A renunciar a las ayudas del estado para mujeres maltratadas? ¿A plazas de residencia para personas mayores? ¿A la rebaja de tareas? ¿A la financiación de las guarderías? Nosotros no queremos renunciar a nada", subrayó.
El presidente del PPC, Alejandro Fernández / PARLAMENT
Peleas internas, dijo Albiach, que la decisión de Carles Puigdemont de denunciar ante el Tribunal Constitucional a la Mesa del Parlament --presidida por Roger Torrent (ERC)-- por privarle de su voto delegado han acentuado.
ERC culpa a la herencia
ERC aguanta la presión parlamentaria, pero comienza a cansarse de parar los golpes a Torra. Los consejeros republicanos siguen convencidos de que gestionar negociados sociales les da la oportunidad de demostrar que son un partido de gobierno, pero el coste comienza a ser excesivo. Durante la sesión parlamentaria, ERC se revolvió contra ese desestimiento de Torra e hizo notar, a través del presidente de su grupo parlamentario, Sergi Sabrià, que algunas situaciones han sido heredadas de la anterior legislatura o de PDeCAT, que hasta este mandato gestionaba el departamento de Enseñanza.
En este sentido, los republicanos se refirieron a uno de los asuntos más sensibles en ese ámbito, el de la eliminación de las ayudas a la educación de 0 a 3 años ordenada por el consejera Irene Rigau (CDC) durante el mandato de Artur Mas. La alusión fue sutil, pero suficientemente expresiva de una situación de recortes durante la crisis que no se han revertido --Cataluña es la única comunidad española que no lo ha hecho-- y que podría solventarse con unos nuevos presupuestos, que competen a ERC, pero que Torra se niega a negociar.