Desgarraron UDC, traicionaron a PDeCAT y, finalmente, a ERC. Demòcrates de Catalunya, volcada en el proyecto de Jordi Graupera por Barcelona, atraviesa por una profunda crisis. Gerard Ardanuy, concejal de este partido por los independentistas de la extinta Unió, se une al goteo de cargos que han plantado a Antoni Castellà y a la polémica Núria de Gispert, tras la marcha de Josep Maria Vila d’Abadal, Joan Rigol y alcaldes fichados por PDeCAT, así como la purga de seguidores de Graupera en el Govern.
El último en apearse de la formación independentista es Ardanuy, que se incorporó a Demòcrates siguiendo a Castellà cuando se produjo el cisma de UDC. El concejal ha anunciado que se incorpora al proyecto de primarias de Jordi Graupera que, como se sabe, pretende crear una candidatura unitaria del independentismo para arrebatar la alcaldía de Barcelona a Ada Colau.
Solo Demòcrates y la Assemblea Nacional Catalana (ANC) secundan ese proyecto de Graupera. Por lo visto el “amor” de Ardanuy por los Demòcrates se ha acabado y así lo explica en una entrevista a un diario local. Quiere volar solo, acentuando así la descomposición de su partido, tal como ocurrió con UDC, CDC o ICV, debido al procés.
También se agotó la relación que mantenía Josep Maria Vila d’Abadal con Demòcrates. El exalcalde de Vic y expresidente de la Associació de Municipis per la Independència (AMI), abandonó UDC y creó la plataforma independentista Moviment Demòcrata Català (MDC), adherida a Demòcrates de Catalunya. Durante las recientes Navidades, D’Abadal anunció que se desvinculaba por “el mal resultado del proyecto”.
Gerard Ardanuy, ex de Demòcrates de Catalunya, concejal no adscrito del Ayuntamiento de Barcelona
Antes lo había hecho el expresidente del Parlament, Joan Rigol. Hasta 2016 presidió el consell nacional de Demòcrates, pero discrepaba de la decisión del partido de presentarse en las elecciones autonómicas de 2017 en las listas de ERC.
Fuga de alcaldes y concejales
Cuatro alcaldes --Matadepera, Masquefa, Rubió y La Torre de Claramunt-- y una quincena de concejales también plantaron a Castellà y De Gispert --conocida ahora por su exacerbado independentismo en las redes sociales-- y se incorporaron a PDeCAT.
A esta sangría de cargos se une la purga que tanto los neoconvergentes como ERC llevaron a cabo en el Govern tras hacerse pública la alianza de Demòcrates con Graupera. Cayó Carles Sala, que ocupaba la secretaría general de Vivienda (Consejería de Territorio), así como Enric Vendrell, que estaba al frente de la dirección general de Asuntos Religiosos (Consejería de Justicia, que dirige ERC). Saltó, asimismo, Martí Barberà, otro exmiembro de UDC que se pasó al independentismo y que había sido premiado por PDeCAT con la dirección general de Atención a la Familia y Comunidad Educativa (Enseñanza, ahora en manos de ERC) por haberse incorporado a sus filas.