Jordi Pujol hizo este miércoles una alusión a su situación personal durante un acto celebrado en Sant Cugat. El que fuera presidente de la Generalitat durante 23 años (de 1980 a 2003) explicó que "ahora vivo una situación general de apartamiento de la vida pública, incluso de ostracismo".
Pujol aludió a ese supuesto alejamiento forzado en una charla sobre la transformación de Barcelona y Sant Cugat en los últimos 60 años organizada por Amics de la Unesco, en la cual eludió pronunciarse sobre la situación política actual, ni tampoco sobre los problemas judiciales que afectan a su familia.
El fundador de Convergència (actual PDeCAT) inició su intervención apuntando que, "por cómo han ido las cosas, se ha dudado, y lo peor que nos podría pasar es perder la confianza en nosotros mismos".
"Momentos difíciles"
Por eso, acto seguido destacó "la gran transformación" que ha experimentado Cataluña a lo largo de los últimos 60 años. A su juicio, "la fuerza de Cataluña va más allá del empantanamiento en el que nos encontramos ahora. Es saber que el coche en el que vamos es potente, porque ha hecho cosas, y se ha demostrado que las podemos hacer bien", afirmó. "Los momentos difíciles actuales no pueden hacer disminuir nuestra fibra ni hacernos perder confianza en el país. Se han hecho cosas para tenerla. Históricamente lo hemos visto", añadió.
Pujol puso como ejemplo el caso de Sant Cugat, "un municipio de alto nivel económico, cultural y científico que se ha visto muy beneficiado por la construcción de los túneles de Vallvidrera". En este sentido, recordó que uno de sus impulsores fue José María De Porcioles, exalcalde de Barcelona durante el franquismo, cuya figura ensalzó.