Referentes internacionales, sin ningún deseo, por ahora, de rectificar, pero con diferencias abismales. Es lo que ocurre en el seno del independentismo. Esquerra Republicana rechaza por completo la vía que ha defendido este fin de semana el presidente de la Generalitat, Quim Torra al situar el ejemplo de Eslovenia, que consiguió la independencia con una declaración unilateral que provocó un conflicto armado. Lo que señala Esquerra, en palabras del presidente del Parlament, Roger Torrent, es que la única salida viable es la vía escocesa: “Nuestra vía es la escocesa, la que reclama el 80% de la gente”.
Torrent, tras mantener un encuentro con los políticos presos en la cárcel de Lledoners, ha insistido en desmarcarse de Torra, y ha criticado también las actuaciones de los CDR y a las protestas protagonizadas en las últimas horas: “Una República no se construye con capuchas y con la cara tapada”.
Contra el rupturismo unilateral
El malestar en el seno de Esquerra es enorme. Por una parte, el proyecto que se defiende es contrario a lo que impulsa el presidente Torra y otros dirigentes que habían formado parte de la lista de los republicanos, como el exconsejero de Salut, Toni Comín, que ha defendido el modelo esloveno.
Pero Esquerra tiene un problema y que no se atreve a una ruptura formal, o a desmarcarse de forma clara porque el conjunto del independentismo sigue muy pendiente de las opciones rupturistas y de las referencias políticas que llegan desde el exterior, por parte del expresidente Carles Puigdemont o del propio Torra.
El presidente del Parlament, el republlicano Roger Torrent
Solución democrática
Torrent ha querido ser claro: “Nosotros hemos defendido siempre la vía escocesa, que es la correcta y la que nos parece que nos hará ganar, porque conecta con el 80% de la población y aporta una solución democrática al conflicto”.
Esa posición, por ahora, no se traduce en acciones concretas y en hechos políticos que dejen a Esquerra a un lado y al independentismo irredento en otro.
Un referéndum acordado
La vía escocesa pasaría por una negociación con el Gobierno español para llegar a un acuerdo sobre un referéndum, que no necesariamente debería pasar por una pregunta binaria sobre la independencia. Lo ha defendido Jordi Sànchez, el expresidente de la ANC y líder ahora de la Crida Nacional per la República. Sànchez, desde la prisión de Lledoners, señala que ese referéndum podría contener tres preguntas.
Eso denota que el independentismo se encuentra en una fase de contradicciones internas, aunque con un mayor peso de la vía unilateral que representa el presidente de la Generalitat, Quim Torra, partidario de forzar la situación, coincidiendo con el inicio del juicio a los políticos presos, y con una estrategia que pasa por acciones en la calle, por una presión continuada.