Pep Guardiola continúa ejerciendo como analista político y altavoz internacional del independentismo. El exjugador y exentrenador del FC Barcelona reclama al club azulgrana que "juegue un papel importante en el procés". Y considera que, si se diera el caso de que quedara fuera de la Liga española en el futuro, "sería lo de menos", porque "si la sociedad toma una decisión, ya se encontrará la solución".
"Por supuesto que el Barcelona debe jugar un papel importante en el procés. Es imposible entender el Barça sin saber lo que pasó en Cataluña en el pasado. Pero entiendo que a veces al estar en la directiva, o siendo el presidente, no es fácil, porque debes gestionar la situación, los poderes, y hay que hacer equilibrios. No podemos negar que el Barcelona es muy importante para la identificación de nuestra lengua y nuestro país", declaró durante una conferencia en la Universidad de Liverpool este miércoles.
"La persecución no es sólo política"
El actual técnico del Manchester City hizo su peculiar análisis de la situación política catalana. Según su opinión, "la persecución que hay en Cataluña no es sólo política, ya que también afecta a músicos o líderes sociales". Y pone en duda el papel de la Unión Europea sobre este tema, al apuntar que desconoce "si lo está haciendo todo por defender los Derechos Humanos. No lo sé. No soy abogado, y no puedo hablar de eso".
Guardiola, no obstante, salió en defensa de los líderes del procés en prisión preventiva o huídos por el referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre del año pasado. Y explicó cómo fue su visita de la semana pasada para verlos Lledoners: "Hace unos días fui a la cárcel, vi a los presos e hice una conferencia. Estuve dos horas allí y fue un momento emocionante. Pude ver cómo es de injusto que estén allí por expresar su opinión, y están acusados por hasta 25 años".
Defiende a Puigdemont
El exjugador y exentrenador barcelonista cree que "lo que pasa en Cataluña es un movimiento pacífico, y el poder lo tiene la gente". Y recordó que "el presidente del país (Carles Puigdemont) está en el exilio, hay presos políticos, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, está en la prisión. Diez personas en el exilio y gente en la prisión. Esto ya no es sobre tener una Cataluña independiente o no. Es simplemente sobre dejarlos votar", apuntó, obviando que la votación incumplía la Constitución y la legislación española. En este sentido, destacó que a Puigdemont "lo acusaron en España de rebelión, y Alemania, que lo juzgó, dijo que esto no pasó. Creo que hicieron un buen trabajo".
“El futuro perfecto es democracia, democracia y más democracia. No puede haber otra solución. Creo que la gente de Cataluña involucrada en este proceso lo ha intentado hacer de esta manera”, afirmó. Unas palabras que contrastan con su mutismo sobre Qatar, país en el que vivió y jugó dos años, del que fue embajador para el Mundial 2022, y del que en su día dijo que sus ciudadanos "tienen libertad". Opinión, cuanto menos, contradictoria, dado que en dicho emirato no hay democracia, ni su apreciación coincide con lo que señalan informes de organizaciones como Amnistía Internacional o de Human Rights Watch, que denuncian sus graves carencias en libertades y Derechos Humanos.