La expresidenta del Parlament, Núria de Gispert, ha advertido del crecimiento de la crispación en la Cámara catalana que, según sostiene, es culpa "de quienes dicen constantemente que Cataluña está dividida y enfadada, porque eso no ha pasado". Lo ha dicho en un programa de 8TV, al que había sido invitada para hablar del aumento de los enfrentamientos entre diputados.
Se la circunstancia de que la exdirigente de UDC ha sido muy criticada por sus comentarios xenófobos en las redes sociales. Tal es así que, recientemente, tuvo que dimitir como Defensora del Mutualista en Alter Mutua después de que una cuarentena de socios pidieran su destitución porque no cumplía "las condiciones de honorabilidad y de prestigio que son requisitos indispensables para ocupar la dignidad del cargo de Defensor del Mutualista".
La exdiputada de CiU había realizado, en opinión de los afiliados, declaraciones que "constituyen un discurso del odio continuo y sistemático que tanto perjudica a la convivencia y resultan absolutamente impropias al cargo que ocupan".
"En Cataluña siempre nos hemos discutido, en las familias, pero nunca nos hemos dividido", ha precisado. Preguntada por su había episodios de confrontación durante su mandato, ha bromeado respecto a las situación que se produía a partir de las 16 horas, cuando los diputados regresaban de comer. "Había muchos nervios, no sé a dónde iban a comer, pero les tenía fichados. El pasillo se hacía muy estrecho y pensé que llegaban a la manos", ha dicho sin concretar a quién se refería.
Esta semana, el sucesor de De Gispert, Roger Torrent (ERC), convocó a los grupos parlamentarios para hablar de esa situación de confrontación, que ha ido creciendo durante el procés. Los enfrentamientos verbales se han traducido en peticiones de amparo a Torrent.
Reprobada por el Parlament que ella presidió
El pasado 11 de octubre, De Gispert fue reprobada por el Parlament de Cataluña a propuesta de Ciudadanos por sus "reiterados y públicos comentarios vejatorios y excluyentes contra determinados diputados".
La propuesta recibió los votos a favor de Cs, PSC, PP y comuns. Se abstuvo la CUP y votaron en contra ERC y JxCat. La resolución se votó días después de que la expresidenta del Parlament hiciera varios tuits contra de la líder de Cs, Inés Arrimadas.