Carles Puigdemont planeó su huida a Bélgica en secreto después de proclamar la independencia de Cataluña el 27 de octubre de 2017. El expresidente de la Generalitat solo comunicó su escapada a cinco de sus consellers, y a través de una persona interpuesta.
La llamada la realizó desde un área de servicio la noche del domingo 29 a una masía de Vilaür, en el Alt Empordà gerundense, donde se encontraban esos cinco miembros de su gobierno. Concretamente, los consejeros Toni Comín, Meritxell Serret, Meritxell Borràs, Joaquim Forn y Dolors Bassa. Según publica El Mundo, Puigdemont les hizo llegar su mensaje utilizando un intermediario, ya que ninguno de ellos llevaba consigo su teléfono móvil para no ser detectados por la policía o el CNI.
"Evacuación"
Según sostiene dicho diario, citando a fuentes soberanistas, todos ellos siguieron las indicaciones de Puigdemont para que se unieran a él. Y al grito de "evacuación", viajaron a Bruselas. Una vez allí, recuperaron sus teléfonos, y conocieron que el hoy expresident había ocultado sus planes al resto del Govern. Y de forma especial, a su vicepresidente Oriol Junqueras. Después de la rueda de prensa hecha en Bélgica, Forn y Bassa regresaron a Barcelona. Hoy permanecen en prisión provisional junto a otros de sus compañeros.
Puigdemont dio plantón al resto de su equipo. Su plan, que en parte se improvisó ese mismo fin de semana, solo lo conocían un sargento de su escolta, su mujer, Marcela Topor, y el empresario Josep Maria Matamala.
Crisis nerviosa de Turull
Entre los primeros en enterarse de lo ocurrido el lunes por la mañana estuvieron los ya exconsellers Raül Romeva y Jordi Turull, que se habían citado con él a las 8.30 en un restaurante cercano a la Generalitat para dirigirse juntos a sus lugares de trabajo. El primero reaccionó con indignación. Y el segundo, casi con una crisis nerviosa al ser informado mediante una llamada del jefe de la oficina del president, Josep Rius. Su tensión fue similar a la que, instantes después, sufriría Josep Rull, uno de los que acudieron a su despacho ese día, ya con la aplicación del artículo 155 en vigor.
Algo parecido ocurrió también con su partido, el PDeCAT, donde se enteraron por la prensa de la fuga de su líder. De hecho, el domingo no acudió a una reunión diciéndole a su entonces presidenta, Marta Pascal, que llegaría tarde. Lo que motivó los improperios del expresident Artur Mas. Y también ocultó sus intenciones a los Mossos d'Esquadra, que tenían previsto detenerle si la justicia española lo reclamaba, según relató el mayor Josep Lluís Trapero en su declaración a la Audiencia Nacional.
"Lo tenía pensado"
La huida de Puigdemont también fue uno de los asuntos que se trataron en el reportaje especial sobre el 27-O del programa Salvados, de La Sexta. En el mismo, la subdirectora de La Vanguardia, Lola García, aseguró que, a pesar de su improvisación, el expresident ya tenía en mente escaparse si las cosas se torcían desde hacía tiempo, algo que solo dijo a sus más allegados: "Lo tenía pensado desde hacía un año. En enero de 2016, ya expresa a unos amigos la posibilidad de que todo acabe mal". Algo que el dirigente ocultó antes y durante los días claves de octubre del año pasado.
Y eso que, en una reunión mantenida en Perpiñán (Francia) el 28 de octubre, un conseller planteó la posibilidad de huir a un país sudamericano sin acuerdo de extradición. Puigdemont lo rechazó de plano.