Carles Puigdemont ha asegurado en la presentación de la Crida Nacional per la República que no cerrarán la puerta a nadie que mantenga la militancia en otro partido político. “No pedimos a nadie que renuncie a nada, ni a carnés ni a ideologías”, ha manifestado en una intervención por videoconferencia desde Waterloo en la que ha intentado cumplir con su aspiración de que la nueva formación política sea transversal.

Por ahora, su intento ha quedado en agua de borrajas. Tanto la CUP como ERC ha dado un portazo a las invitaciones que se les ha entregado para participar de forma activa en el acto fundacional que ha tenido lugar en el pabellón Nou Congost de Manresa (Barcelona). Sólo han acudido allí los representantes de PDeCAT en el Consejo Ejecutivo de la Generalitat. Incluso lo ha hecho la representante de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón, la consejera más identificada con los neoconvergentes.

Reticencias de PDeCAT

La formación liderada por David Bonvehí mantiene hasta la fecha una distancia prudente con la Crida de Puigdemont. Son conscientes de que el expresidente catalán quiere que su plataforma sea la que concurra a las próximas elecciones en Cataluña en lugar de PDeCAT. La estrategia no es compartida, pero la escisión del partido es aún una opción remota.

Quim Torra, el sucesor en la presidencia de la Generalitat, ha encabezado la delegación convergente del Gobierno catalán que ha asistido al acto en Manresa. En su segunda intervención pública de la jornada, ha recuperado su discurso más reivindicativo.

Amenaza a Pedro Sánchez

Ha asegurado que “el crédito político de [Pedro] Sánchez se ha acabado” y ha pedido de nuevo una movilización ciudadana en línea a la que tuvo lugar tanto el 1-O, la jornada del referéndum, como en la huelga general del 3-O, el llamado paro de país. La Crida apuesta por promover de nuevo una oleada de manifestaciones independentistas para forzar la activación de la república catalana.

Ha sido Toni Comín, exconsejero de Salud y otro de los acólitos más próximos de Puigdemont, el que ha señalado cuál debería ser el camino en una entrevista por la mañana en RAC 1. Ha reclamado que los independentistas colapsen Cataluña hasta forzar al Estado a reconocer la república catalana. Una huelga general sine die con todas sus consecuencias, tanto económicas como personales.

Ha justificado que hace un año, cuando los mismos protagonistas políticos hicieron la proclamación simbólica de la república, no estaban preparados para este escenario. Comín ha descargado responsabilidades al manifestar que chocaron con una “represión” del Estado que no habían medido. Ahora, Puigdemont reclama que los independentistas recuperen el espíritu reivindicativo de hace un año y que también se ayuda a apoyar el discurso internacional de los secesionistas

Inscritos

Con los 9.500 inscritos a la Crida, afirma que este movimiento tiene la “masa crítica suficiente” para activar una cadena que lleve a la secesión. Puigdemont apela a los que están movilizados y a los que nunca se han unido a ningún partido político para unirse a este movimiento y promete que sólo se disolverán en el momento en que la independencia sea una realidad.

Ha sido Torra el que ha convocado a una primera protesta, la que tendrá lugar el próximo martes 30 de noviembre a las 19 horas frente al Palacio de la Generalitat en la plaza Sant Jaume de Barcelona. Se reivindicará el llamado Consell per la República.