Puigdemont pide dinero en 'bitcoins' para no dejar rastro

Carles Puigdemont recurre a la vía más opaca para financiar los costes de su estancia y la del resto de consellers huidos de la justicia en el extranjero. El expresidente de la Generalitat ha abierto este mes de octubre la vía para recibir donativos en bitcoins, la criptomoneda digital que permite hacer pagos de forma anónima y sin dejar rastro en internet. 

La recaudación de estos fondos se realiza a través de la web defensaexili.org, promocionada por el propio Puigdemont en su perfil oficial de Twitter. Una página ubicada en el paraíso fiscal de San Cristóbal y Nieves, que está operativa desde finales de marzo, y cuya función, según se explica en la misma, es crear "un fondo que se nutre de las aportaciones y donaciones privadas de personas, empresas y entidades que quieren apoyar a personas partidarias de la construcción de la República de Cataluña exiliadas con motivo de la represión y persecución judicial por parte del Estado Español".

Beneficiarios de las donaciones

La web detalla que los beneficiarios de esas donaciones son "prioritariamente" el propio Puigdemont, los consellers huidos y "otras personas que se hayan visto obligadas a abandonar Cataluña perseguidas por las causas penales relacionadas con el referéndum del 1 de octubre, la declaración del Parlamento del 27 de octubre y la actividad del gobierno en el exilio".

Según explica El Confidencial, la página y el sistema de cobro fueron diseñados por Peter Sunde, un pirata informático de origen sueco-finlandés que en el pasado fue condenado a un año de cárcel y una multa de casi 3 millones de euros junto a otros activistas.

Sunde registró las webs defensaexili.org y governrepublica.org -esta última, no disponible actualmente- en la pequeña isla del Caribe el pasado mes de marzo. Y, desde este mes de octubre, ofrece la opción de realizar los pagos en bitcoins. Una vía completamente opaca, al margen del control de los Estados y gobiernos, que oculta por completo el rastro del dinero y de los movimientos financieros. Y, por tanto, ajena también al control fiscal. Las transacciones se efectúan de forma anónima, sin datos personales, por lo que suele ser un refugio de dinero negro, operaciones opacas y, a menudo, ciberdelincuencia.