Imagen del escrache a la Guardia Civil en Calella / AUGC

Imagen del escrache a la Guardia Civil en Calella / AUGC

Política

Escrache a la Guardia Civil en Calella un año después del 1-O

Unos 400 manifestantes independentistas se concentraron a las puertas de la casa cuartel en la que viven, y la AEGC pide a la Fiscalía que les identifique

4 octubre, 2018 18:35

La Guardia Civil ha vuelto a sufrir el asedio de los manifestantes independentistas en Calella. Unas 400 personas hicieron este miércoles por la noche un escrache a las familias de los agentes que viven en la casa cuartel de esta localidad costera barcelonesa, justo cuando se cumple un año de que los refuerzos policiales destinados en ese pueblo fueran expulsados de sus hoteles a raíz de las movilizaciones del 1-O, según denuncia la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC).

Los concentrados a las puertas del cuartel llevaban una pancarta de "Fem-los fora!" ("¡Echémoslos!") y profirieron cánticos y gritos de "fuera las fuerzas de ocupación", entre otros. Según la AEGC, “incitaron al odio y la violencia”, por lo que pide la actuación de la Fiscalía para identificarles.

"Connivencia" de las autoridades"

La AEGC sostiene que el escrache se realizó con la “connivencia” de las autoridades municipales, a las que recuerda que deberían "defender los intereses de todos los vecinos", independientemente de sus ideas.

La asociación de guardias civiles se muestra preocupada por la situación de inseguridad e incluso de "violencia física" que viven los agentes destinados en Cataluña. Y lamenta que el riesgo se ha trasladado a sus familias, que están sufriendo escraches y otras situaciones de acoso en sus casas y colegios, como por ejemplo en los casos de Sant Andreu de La Barca y La Seu d'Urgell.

A principios de octubre de 2017, los agentes destinados a Calella para intentar frenar la votación ilegal del 1-O fueron asediados a las puertas de sus hoteles por cientos de manifestantes. Una situación que derivó en su expulsión de dichos establecimientos. El ayuntamiento y los dos hoteles en cuestión esgrimieron entonces “razones de seguridad” y "garantizar la convivencia del municipio” para echarles.