“Ahora es el momento de los profesionales”. La frase, pronunciada por la consejera de Salud, Alba Vergés, resume perfectamente el giro estratégico de un departamento que comienza a deconstruir el legado de Toni Comín. Si la anterior legislatura estuvo centrada, con poco acierto, en el modelo de gestión de la sanidad pública, la Consejería se centra ahora en la situación de los profesionales por una razón de peso: el miedo a una huelga de médicos similar a la de 2006.
De ahí que, el pasado miércoles, Salud anunciara a bombo y platillo la celebración del I Fórum de Diálogo Profesional, que reunió en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) a un centenar de profesionales del sector de la salud, desde representantes de colegios profesionales, entidades de pacientes y sociedades científicas, hasta organizaciones sanitarias y docentes, sindicatos y representantes de la Generalitat.
Como el Consejo de la Profesión Médica de 2006
De hecho, esta cumbre recupera el espíritu del Consejo de la Profesión Médica de 2006, creado por la entonces consejera de Salud, Marina Geli, tras una huelga de médicos demoledora para el sistema que obligó a desconvocar hasta 40.000 visitas en Centros de Atención Primaria (CAP), más de 300 intervenciones quirúrgicas y casi 6.000 visitas de consultas externas. Este ámbito de concertación social fue suprimido por el sucesor de Geli al frente de Salud, Boi Ruiz, cuando CiU accedió a la presidencia de la Generalitat.
I Fórum de Diálogo Profesional, que reunió a representantes del sector sanitario catalán
“Puedes aguantar una crisis de listas de espera, pero una huelga de médicos te mata”, asegura un gestor sanitario, quien subraya el hecho de que “no hay discurso de Alba Vergés sin una referencia a los profesionales. Ya no se habla de la situación del Hospital General de Cataluña (HGC). Hay mucho acto público, pero poca toma de decisiones”.
Ya no se habla del Hospital General de Cataluña
Se refiere al precipitado y polémico proyecto de Toni Comín de sacar al HGC del sistema público como referente de una frustrada política de desprivatizaciones.
Puede resultar contradictorio que, en un momento de remisión de la crisis económica, suenen tambores de huelga en el colectivo médico. Pero así ocurrió en 2006. “En plena recesión, los profesionales aguantan. Los recortes se aplican a las inversiones, de ahí que existan instalaciones e instrumental muy desfasado, pero se intenta no tocar sueldos. Con el tripartito, el presupuesto para sanidad había pasado de 4.500 millones a 9.000 millones, pero los médicos no vieron sus antiguas reivindicaciones reflejadas en su nómina. Y la huelga estalló. Ahora ocurre lo mismo, las partidas de la Generalitat han aumentado, pero los profesionales siguen sin ver progresos en sus retribuciones”, explica esta fuente.
Saltan las alarmas
En efecto, el sector médico ha dado la voz de alarma esta semana. Médicos de Cataluña resumía la situación del sector: rebaja del 5% de los salarios públicos en 2010; los grandes recortes de Artur Mas en 2011, la supresión de una paga extraordinaria en 2012, 2013 y 2014 y la rebaja del complemento variable por objetivos. El sindicato cifraba en un 30% la pérdida total de las retribuciones de los facultativos.
El Colegio de Médicos de Barcelona, a través de su presidente, Jaume Pedrós, también denunciaba esa situación y advertía de que, en la próxima década, se jubilarán un tercio de los colegiados. Más precariedad, por tanto, para el sector. “El Colegio de Médicos, donde CDC siempre ha tenido un gran ascendente, ha jugado a calentar a los sindicatos de médicos, para luego acudir al rescate negociando con el Govern”, explican fuentes laborales.
Perfiles ideológicos
Que algo ha fallado en la gestión de Comín --procesdo por el 1-O y que permanece huido en Bélgica-- es algo que ERC, al frente de la Consejería, conocía perfectamente. De ahí el golpe de timón hacia perfiles más ideológicos incluso. Ejemplifica ese cambio la secretaria general de Salud, Laura Pelay, exdirigente de UGT quien, en un reciente acto celebrado en Tarragona al que acudió todo el sector, sorprendió con un discurso que tenía más fondo político que sanitario. "CDC acostumbraba a colocar a sus amigos en altos cargos de la Consejería, pero al menos pertenecían al sector", afirman estas fuentes.