Torra deberá elegir entre los duros de Puigdemont y el pragmatismo de Artadi
Los contactos de la consejera con el Gobierno generan rechazo entre los sectores más ultras de JxCat, mientras crece el malestar en ERC por la presión a Torrent para que desobedezca en el Parlament
21 septiembre, 2018 00:00Han sido contactos discretos con diferentes ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, pero suficientes para que hayan saltado todas las alarmas en el sector más duro de Carles Puigdemont. Elsa Artadi, consejera de Presidencia, mantiene los puentes con el nuevo Ejecutivo español, lo que es interpretado por los miembros de Junts per Catalunya (JxCat) más irredentos como una sumisión al “Estado opresor”. Presionados por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y la CUP, que exigen implementar la república catalana sin diálogo ni negociación con las instituciones españolas, el ala de JxCat capitaneada por Josep Costa –actual vicepresidente primero de la Mesa del Parlament— ha radicalizado sus posturas hasta el punto de arremeter contra Artadi, que formaba parte del núcleo duro del expresident.
En sus intervenciones, la consejera y portavoz siempre ha hecho un guiño al diálogo, eso sí, asegurando que el Govern no renuncia al derecho a la autodeterminación. Una postura ambivalente que comparte ERC, que también avala el pragmatismo de Artadi y de un sector de PDeCAT. Entregados a su acción de gobierno con la finalidad de acumular activos en su expediente de cara a las próximas elecciones, los republicanos tienen un papel clave en la gestión del Govern. Pere Aragonès, vicepresidente y consejero de Economía, es el responsable de los futuros presupuestos de la Generalitat, que pondrán a prueba su capacidad negociadora.
El Consejo de Política Fiscal y Financiera
Al igual que Artadi, Aragonès ha recuperado los contactos con el Gobierno, aunque sin entregarse hasta el fondo. Tal como explicó ayer Crónica Global, Aragonès no asistirá al Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero enviará a técnicos a un grupo de trabajo, enfriando así la euforia demostrada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, respecto al regreso de Cataluña a las comisiones multilaterales.
El cisma existente en el Govern coloca al presidente Quim Torra en una difícil situación: tener que elegir entre los duros de Puigdemont y los pragmáticos de Artadi. De momento, Torra se limita a protagonizar actos de exaltación secesionista, como el que tuvo lugar ayer por la tarde, con motivo del primer aniversario del asedio a la Consejería de Economía que derivó en el encarcelamiento de dirigentes independentistas.
Crisis en el Parlament
En paralelo, crece la tensión entre JxCat y ERC en el Parlament. El resumen de la situación, donde los socios de gobierno discrepan sobre la suspensión de los diputados procesados, circulaba ayer en medios republicanos: quienes fueron máximos representantes de ERC en el Govern y el Parlament, Oriol Junqueras y Carme Forcadell, están en la cárcel, mientras que Puigdemont presiona al actual presidente republicano de la Cámara catalana, Roger Torrent, para que desobedezca –y por tanto vaya a la cárcel-- para proteger al huido Puigdemont.
No es la primera vez que Puigdemont coloca contra las cuerdas a Torrent para lograr inmunidad parlamentaria. No lo consiguió.