España, como el resto del mundo, vive tiempos de cambios. Robotización, envejecimiento... En este caso, lo que está en juego es el estado de bienestar. Y aquí hay un asunto prioritario que no es otro que el de asegurar las pensiones del futuro. Pero no es el único. La educación y la sanidad también son temas de preocupación, éste último sobre todo en Cataluña, donde los recortes han llevado al deterioro del sistema público desde tiempos de Zapatero y Mas.
Esta vez, parece que el problema es más serio que nunca. Hasta el punto que la Generalitat reunió este miércoles, 19 de septiembre, a todos los profesionales implicados –entidades, colegios, universidades— para tratar de encontrar una solución a las extensas listas de espera y, a fin de cuentas, mejorar la calidad del servicio. En este escenario, la sanidad privada crece imparable, y a su vez se ha convertido en el salvavidas del sistema público.
El 25% de las operaciones
Sin ir más lejos, los centros privados atienden el 25% de las intervenciones quirúrgicas de la región, el 22,4% de las hospitalizaciones, el 19,5% de las urgencias, y el 15,7% de consultas.
Los profesionales llevan tiempo mostrando su malestar por los recortes de los expresidentes españoles José Luis Rodríguez Zapatero (2010) y Mariano Rajoy (2012) y, sobre todo, del expresident Artur Mas (2011, 2013 y 2014), quien normalizó la precariedad en el sistema público. Además, denuncian que el Instituto Catalán de la Salud (ICS) solo les paga la mitad de las retribuciones por objetivos. Por ello, han dicho basta.
Ahorro de hasta 2.250 millones
Las listas de espera en Cataluña son de 148 días para cirugías –cuando la media en España es de unos 106 días, aproximadamente— y de 98 días para consultas del especialista –66 días en el resto del país—. En paralelo, esta comunidad autónoma ha experimentado un crecimiento anual del 2% en el número de asegurados y del 4,4% en el volumen de primas en el periodo comprendido entre 2013 y 2016, lo que representa el 22,9% del mercado nacional de primas.
Ello se traduce en un ahorro para el sistema público de cantidades que oscilan entre 553 euros y 1.203 euros por paciente y año. O, lo que es lo mismo, entre 1.005 millones y 2.250 millones en Cataluña.
Más de 40.000 empleados
Una región, la catalana, que dispone de un 26% más de hospitales privados y camas que cualquier comunidad española –aunque aquí se incluyen los que están integrados en la Red Hospitalaria de Utilización Pública—.
En esta línea, dicha comunidad cuenta con el 33% de centros privados en el país y el 38% de las camas. Datos que ayudan a entender que Cataluña sea la segunda región con más profesionales de la salud en el sector sanitario privado, con 41.922 empleados entre médicos, enfermeros y otros profesionales. Su labor satisface al 85% de los usuarios, frente al 41% que opina lo mismo del sistema público, según datos del Barómetro de la Sanidad Privada 2017.
Equipos punteros y más investigación
La brevedad en la obtención de resultados de las pruebas diagnósticas, la facilidad para concertar una cita, el confort de las instalaciones, el trato, la información recibida sobre las enfermedades y la posibilidad de elección del especialista son los mejores aspectos de la sanidad privada, según los catalanes, que acuden a ella, sobre todo, para pruebas diagnósticas (unas cuatro veces al año).
Otro de los aspectos más valorados es el de las listas de espera. En este caso, son siete veces menores que en la pública para la realización de pruebas diagnósticas; en torno a dos veces menos para obtener los resultados, y más de cinco veces menos para operaciones quirúrgicas. Seguro que ayuda a ello la adquisición de equipos punteros de tecnología de última generación. Y es que Cataluña está a la cabeza de las comunidades autónomas en cuanto al porcentaje de equipos de alta tecnología en hospitales privados (59%) frente a los públicos (41%), donde la inversión es menor y, por tanto, la obsolescencia, mayor.
Además, el 20% de los hospitales privados universitarios se encuentran en Cataluña, así como el 19,8% de las plazas de formación en especialidades en centros privados.
Un año de margen
Con todo, la pelota está en el tejado de los políticos. Tras reunirse con los sindicatos, colegios profesionales, académicos y empresarios, la consellera de Salud, Alba Vergés, defendió ayer que hay que hacer “más atractiva” la atención primaria para médicos y enfermeras como uno de los retos del sector.
Asume que hay que mejorar las ratios y el reconocimiento de especialidades de enfermería, mejorar el equilibrio territorial y reforzar la planificación con universidades, con más coordinación. Se da un año para acordar el diagnóstico y revertir la situación. Pero tiene claro que los profesionales han “sufrido” la crisis y que es hora de cambiar el modelo.