El PDeCAT vive una enorme tensión interna. Carles Puigdemont y su mano derecha en el partido, Míriam Nogueras, han maniobrado para impedir que Pedro Sánchez gobernara, tratando de votar en contra de todos los reales decretos ley impulsados por el Gobierno para que se convalidaran en el Congreso, incluido el que aprueba la exhumación del cadáver de Franco.
Nogueras, elegida vicepresidenta del PDeCAT por mandato de Puigdemont en el congreso del pasado mes de julio, quiere que se hagan visibles los nuevos criterios y, bajo el manto del expresident, quería que el grupo parlamentario en el Congreso votara en contra de todas las iniciativas de Sánchez. No debería haber ninguna aproximación al Ejecutivo español que no pase por la negociación de un referéndum de autodeterminación, considera Nogueras, apoyada por Puigdemont.
Campuzano, tocado
El grupo parlamentario, sin embargo, siguió adelante con sus planes de recuperar un nuevo tiempo para la política, y ha ido avalando todos los decretos ley de Sánchez, que, desde su acceso a la Moncloa, han sido siete, comenzando por el Real Decreto 4/2018, de 22 de junio, sobre el régimen jurídico aplicable a la designación del Consejo de Administración de la Corporación RTVE y de su presidente.
Nogueras, según fuentes conocedoras de las discusiones internas en el partido, se encuentra incómoda con su nuevo cometido, y no quiere, todavía, forzar cambios, consciente de que necesita la experiencia de diputados como Carles Campuzano. Sin embargo, el portavoz del PDeCAT en el Congreso se siente muy dolido tras verse forzado a retirar una moción favorable al diálogo que había acordado con el grupo parlamentario socialista. Y ha puesto su cargo a disposición de la dirección.
Los políticos presos
Tras la designación de Nogueras en el congreso del PDeCAT, a finales de julio, como vicepresidenta del partido, la tensión se hizo evidente en el grupo parlamentario en el Congreso. Con negociaciones entre los exconvergentes y el Gobierno, para convalidar los decretos ley que comenzó a elaborar el Ejecutivo, Nogueras trató de desmarcarse de todas esas iniciativas.
Antes de la votación sobre la designación de la periodista Rosa María Mateo como gestora única del ente público, en el pleno del 27 de julio, Nogueras quería arrancar algún compromiso con el Gobierno sobre la situación de los políticos presos. Tras una conversación con la portavoz del grupo socialista, Adriana Lastra, en la que Nogueras recibió el compromiso de mantener un contacto con la ministra de Justicia, Dolores Delgado, dejando claro que el Gobierno no iba ni podía entrar en esa cuestión, el grupo parlamentario del PDeCAT acabó votando a favor de Mateo.
Los arrebatos de Nogueras
Nogueras estaba sorprendida de que el Gobierno no hubiera hecho nada, tras las reclamaciones del Gobierno catalán, y ese mismo día el Tribunal Supremo denegaba la libertad solicitada por los procesados Jordi Cuixart, Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull, Oriol Junqueras, Raül Romeva, Joaquim Forn, Dolors Bassa y Carme Forcadell, al entender que la retirada de las euroórdenes, por parte del juez Pablo Llarena, no tenía “incidencia en el proceso español”, en contra de la opinión de los letrados de los políticos. En ese momento, explican las mismas fuentes, se mostró encolerizada y sugirió el voto en contra del nombramiento de Mateos.
En ese mismo pleno, el partido, que cuenta con ocho diputados decisivos para que Sánchez pueda sacar adelante sus proyectos, los exconvergentes se abstuvieron en la votación sobre el techo de gasto del presupuesto de 2019, en buena medida condicionados por la abstención también de Unidos Podemos, con lo que no podía salir adelante el proyecto de Sánchez.
Rebelión interna
Las negociaciones internas, en el seno del PDeCAT, se mantuvieron en los plenos del 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron los reales decretos sobre la sanidad universal; la adaptación del derecho español a la normativa de la Unión Europea en materia de protección de datos y el real decreto ley, --los tres del 27 de julio— sobre la oferta de empleo público extraordinaria para el refuerzo de medios en la atención a asilados y refugiados. Nogueras tampoco pudo imponerse frente al “sentido común” de los diputados más veteranos del PDeCAT, con Carles Campuzano a la cabeza, pero también con el concurso de Jordi Xuclà o Ferran Bel, y también, aunque en menor medida, de Sergi Miquel. La idea de que a Sánchez no se le podía apoyar en nada, chocaba también con las directrices del Govern de Quim Torra y de su vicepresidenta, Elsa Artadi, que ha iniciado un diálogo con buena parte de los ministros y ministras del Gobierno del PSOE, con viajes constantes a Madrid.
La misma tensión, con Nogueras más subida de tono, con la necesidad de imponerse en el partido –lo que ha provocado diferencias también con el presidente del PDeCAT, David Bonvehí— se ha vivido hace sólo unos días, la pasada semana, con la convalidación en el Congreso de otros tres reales decretos ley, aprobados por el Gobierno el 3 de agosto y el 24 de agosto: el de medidas urgentes para el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género; la regulación del Programa de Activación para el empleo, con el objetivo de atender a desempleados de larga duración; y el de exhumación de los restos de Franco.
El aviso de Senserrich
Esa presión de Nogueras, la voluntad de Puigdemont de acomodar el partido conforme a sus intereses, con la vista puesta en la constitución de la Crida Nacional per la República –la convención para su puesta en marcha está prevista para el 1 de octubre— ha creado un gran malestar. Hasta el punto de que ya han comenzado las salidas, como la de Maria Senserrich, exportavoz del PDeCAT, que dejó el pasado viernes la ejecutiva del partido y la política, una dirigente muy próxima a Marta Pascal, que fue apartada por Puigdemont, y realiza su actividad política ahora como senadora. Buena parte del grupo parlamentario en Madrid, y de la propia dirección del PDeCAT, como el mismo Bonvehí, valorarán en las próximas semanas qué pasos pueden dar.
Pese a todo, el PDeCAT ha podido sacar la cabeza en el Congreso y ha dado su apoyo a Sánchez, que sigue gobernando con reales decretos leyes, que necesitan, en última instancia, ser convalidados en la cámara. El PDeCAT ha permitido que Sánchez gobierne, en estos tres meses, desde la moción de censura a Mariano Rajoy, y el propio Sánchez constata que buscará acuerdos con esos socios: Unidos Podemos, PNV, PDeCAT y Esquerra Republicana.