Un grupo de independentistas identificó el sábado al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, encargado de la instrucción del procés, cenando junto al líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, entre otros comensales (20 en total), en el Empordà.

El lugar elegido para la cena veraniega fue Can Cou-Cou, en Mont-ras (Girona). Un restaurante ubicado a menos de dos kilómetros del centro de Palafrugell, donde horas antes tuvo lugar un concierto por la libertad de Jordi Sànchez, que incluía cena de bocadillo de butifarra por 10 euros.

Golpes e insultos

Identificado Llarena, un grupo de independentistas (una decena, según las imágenes) le siguió hasta el coche y comenzó a gritar "las calles serán siempre nuestras", lema del que se ha apropiado el independentismo radical.

Además, Llarena recibió insultos como "hijo de puta", y tuvo que sufrir que, al menos, un hombre golpeara su coche con la palma de la mano mientras le decía "adiós, majo, bienvenido al Empordà".

Precedentes

Este pequeño acto de acoso indepe contra Llarena no es nada, sin embargo, comparado con la persecución que ha sufrido el juez en Cataluña en los últimos meses. Sin ir más lejos, los miembros de Arran, los cachorros de la CUP, localizaron la casa que el magistrado tiene en Das (Girona) y pintaron delante de ella "Llarena fascista", al tiempo que le invitaban a marcharse del pueblo.

Por otra parte, diversas personas hicieron circular por Whatsapp mensajes donde indicaban la ubicación exacta de la casa de la Cerdanya de Llarena. También aportaron datos del lugar de residencia de él y su familia en Sant Cugat, y del puesto de trabajo de su mujer.