Pablo Casado presenta este jueves en Barcelona el nuevo organigrama del Partido Popular y también la cúpula que le acompañará durante su mandato. Habrá pocas sorpresas este mediodía en el Comité Ejecutivo del PP, ya que es sabido que no habrá entre esos nombres posiblemente nadie del núcleo duro de la expresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
El encuentro en Barcelona, pretende “arropar a la militancia catalana” y que demostrar que “el PP dará batalla a favor del constitucionalismo y las libertades públicas en Cataluña”, según el propio Casado.
Oferta insuficiente
El equipo de Santamaría dio anoche por rotas las negociaciones con el nuevo presidente popular, tras asegurar que la candidatura ganadora solo ofrecía dos puestos a las personas de confianza de la exvicepresidenta. Se trata, además, de cargos medios para Fátima Báñez e Íñigo de la Serna, ofrecimiento al que se han negado por considerarlo insuficiente.
El entorno del nuevo líder, por el contrario, aseguraba haber logrado integrar a seis personas que habían apoyado públicamente a Santamaría en la campaña, con las que había negociado directamente para que ocuparan secretarías diversas. Se trata de Alvaro Nadal, que será secretario de Economía de Empleo, así como de Sergio Ramos, Marimar Blanco, Yolanda Bel, y Sofía Acedo. Los de Casado aseguraron anoche contar también con Iñaki Oyarzabal, aunque el dirigente alavés acabó rechazando la oferta. Oyarzábal no se incorporará por tanto al Comité Ejecutivo Nacional porque no le parece bien aceptar el cargo si se han roto las negociaciones entre ambas partes.
La ruptura
Si finalmente se queda así el reparto y no se retoman las negociaciones, los partidarios de Soraya Sáenz de Santamaría estarán representados con cinco cargos medios del partido, pero ninguno de la cúpula. Ni la exvicepresidenta ni su jefe de campaña, José Luis Ayllón, o nombres como Báñez o de la Serna, tendrán cargo alguno en Génova.
Anoche, las dos partes se culpaban del fracaso de las negociaciones: los de Casado afeaban las exigencias de la candidatura perdedora y los de Santamaría acusaban a los vencedores de no querer, realmente, integrar.
El fracaso del 43% para Soraya
En el equipo de Santamaría habían empezado la negociación el miércoles por la mañana con una exigencia elevada, la de contar con una representación adecuada al 43% de los apoyos en el congreso, pero a medida que fueron pasando las horas aseguraron que no se encontraban en posiciones maximalistas y recalcaron que sólo pedían una presencia digna.
Habrá que ver si hoy, finalmente, el presidente accede a que en ese selecto grupo entra alguna otra cuota como la del entorno de la exsecretaria general, María Dolores de Cospedal, cuyo apoyo a Casado ha sido determinante para la victoria en la segunda vuelta.