Los partidos independentistas y las principales entidades independentistas, como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Ómnium Cultural, han sabido usar las mejores estrategias de marketing político para movilizar durante siete años seguidos a una parte muy importante de la sociedad catalana.

La piedra angular de sus campañas han sido las emociones. Y estas han pasado de una inicial ilusión al actual miedo e indignación.

En estos siete años del llamado procés independentista se ha observado un giro de lo que, en un primer momento, se llamó la revolución de las sonrisas y que ahora es sobre todo un movimiento de reivindicación de los políticos en prisión preventiva y fugados de la justicia española. Una mutación que se puede resumir gráficamente en la inicial estelada en el balcón de las viviendas a las recreaciones de cárceles o la instalación de cruces amarillas en las plazas y costas catalanas respectivamente.

“La voluntad de un pueblo”

El expresidente de la Generalitat Artur Mas fue el primero en intentar capitalizar, con la extinta CiU, el éxito de las primeras manifestaciones con acento independentista. El 10 de julio de 2010 se produjo la primera manifestación masiva tras la sentencia del Tribunal Constitucional que impugnaba 14 artículos de los 224 que tenía el nuevo Estatuto catalán aprobado tanto en el Parlament como en el Congreso de los Diputados y votado en un referéndum de ratificación en Cataluña.

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Campaña de Artur Mas en las elecciones de 2015

La manifestación, bajo el lema Som una nació. Nosaltres decidim (Somos una nación. Nosotros decidimos), contó con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos representados en el Parlamento de Cataluña --excepto por el PP y Cs--, así como también de los sindicatos y cerca de 1.600 entidades.

Mas decidió avanzar las elecciones dos años antes del final de su legislatura. Convocó elecciones en 2012  y el eslogan de su campaña electoral fue el de La voluntad de un pueblo. El resultado electoral, sin embargo, no cumplió las expectativas de CiU, que perdió 12 escaños, 200.000 votos y ocho puntos respecto a los resultados de 2010.

La consulta del 9N

En 2014, quizás el año más álgido del proceso independentista, los diferentes partidos independentistas y los partidos partidarios del llamado derecho a decidir sumaron fuerzas para llevar a cabo una consulta sobre la independencia de Cataluña. Finalmente el PSC se desmarcó, pero Mas se comprometió a llevarla a cabo.

Tras la impugnación del Constitucional, Mas reconvirtió la consulta hacia un “proceso participativo” en el que no asumió la responsabilidad de su ejecución hasta después de la misma. El 9 de noviembre fue un éxito, siempre desde la óptica independentista: votaron 1,8 millones de catalanes y el "sí" a la independencia representó la opción del 90% de los sufragios. Fue un día festivo que contrasta con el segundo referéndum: el del 1 de octubre de 2017.

Una república con helados

Antes de la celebración de la consulta del 9 de noviembre de 2014, la plataforma ciudadana Ara és l’hora (Ahora es la hora) con el apoyo de la ANC y Òmnium pusieron en marcha una campaña con la idea de que los independentistas expresaran sus anhelos sobre el nuevo Estado.

campaña helados

Campaña para expresar los deseos en la futura república catalana 

Las calles catalanas se llenaron de carteles que pedían “comer helado de postres cada día”, entre otros deseos. Eran proclamas en clave positiva y sin ir en contra de nadie.

“El vot de la teva vida”

Pese a que Mas fue quien cosechó el éxito del 9N, el govern que encabezaba tuvo que llevar a cabo una serie de ajustes y una política de austeridad impuesta por Bruselas para salir de la crisis. Como suele pasar, estas políticas impopulares comportaron el desgaste del partido en el poder. El progresivo descenso de CiU en las urnas y el auge del movimiento independentista les llevó a promover una lista conjunta con ERC.

junts pel si

Presentación del cartel de Junts pel Sí

De nuevo, en medio de la legislatura, en 2015, se decidió convocar nuevos comicios y CDC --tras romper con Unió-- y ERC concurrieron bajo la alianza de Junts pel Sí. Sin duda, una de las campañas más emotivas desde el restablecimiento de la democracia. Personalidades como el entrenador de fútbol Josep Guardiola, el cantautor Lluís Llach, la actriz Montserrat Carulla o la productora Isona Passola conformaban la lista que tenía como lema principal El vot de la teva vida (El voto de tu vida).

Manifestación por las víctimas del yihadismo

La que tenía que ser una manifestación en favor de las 15 víctimas mortales de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils del pasado 17 de agosto acabó siendo una impugnación al Jefe de Estado, Felipe VI.

Manifestación contra los atentados de Barcelona y Cambrils celebrada el año pasado instrumentalizada por el independentismo / CG

Manifestación contra los atentados de Barcelona y Cambrils 

El sector independentista se apoderó de una manifestación transversal y los pitos a la monarquía fueron sonoros. La campaña hecha por los independentistas denunciaba la venta de armas por parte del Estado a países que financian el terrorismo yihadista y el cartel rezaba "vuestras armas, nuestros muertos".

El referéndum del 1 de octubre

Esta inicial revolución de las sonrisas mostró su cara menos amable cuando las fuerzas independentistas aprobaron el 6 y 7 de septiembre de 2017 las leyes de transitoriedad jurídica y del referéndum de independencia. Fue uno de los plenos más agresivos que se han producido nunca en el Parlament e incluso la oposición acabó abandonando el hemiciclo.

La aprobación de estas leyes trataban de dar cobertura legal al referéndum de secesión del 1 de octubre. A diferencia de la consulta del 9N, el Gobierno central desplegó un alto dispositivo policial que acabó con altercados en las puertas de los colegios electorales y heridos por la intervención policial.

“Help Catalonia”

Los días posteriores al referéndum del 1-O fueron de los más tensos que se han vivido en Cataluña. De las primeras campañas de ilusión solo quedaba rabia e indignación de los independentistas por la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Ómnium Cultural cambió su habitual registro de sus campañas y difundió un vídeo dirigido a la comunidad internacional llamado Help Catalonia. Save Europe (Ayuda a Cataluña. Salva Europa), denunciando una supuesta crisis humanitaria en Cataluña por culpa del Estado.

De la indignación al miedo

La indignación que generó el episodio del 1-O derivó pronto en el lamento por la encarcelación y huida de los políticos y activistas indepedentistas.

Las campañas del entorno independentista se empezaron a centrar en la reivindicación de los políticos en prisión preventiva o huidos y algunos de los actos de apoyos han suscitado las antipatías de otra parte de la sociedad catalana, que no ve con buenos ojos la instalación de cárceles en las plazas o de cruces amarillas en las playas. Han sido actuaciones que han generado más indignación o malestar que ilusión.

Campaña de Ómnium simulando una citación judicial por injurias a la Corona

Asimismo, en la actualidad Ómnium lleva a cabo la campaña Demà pots ser tu (Mañana puedes ser tú) que apela al miedo de acabar en la cárcel por un supuesto Estado que actúa de forma represiva y arbitraria. Esta campaña ha ido de la mano del envío de citaciones judiciales falsas en los domicilios que también han alentado al miedo.

Elecciones contra el 155

En las últimas elecciones ya no se pidió la independencia. La campaña fue más bien reactiva, diseñada contra la intervención de la autonomía catalana que el Gobierno anterior del PP, con el apoyo del PSOE y Cs, había llevado a cabo mediante el artículo 155 de la Constitución.

Fueron unas elecciones convocadas desde el Ejecutivo de Rajoy, pero el independentismo decidió participar y se basó en “acabar con el 155” y la promesa de la vuelta de los “exiliados”. De prometer la independencia a prometer un “gobierno efectivo” no controlado por Madrid.