El periodista José Antonio Zarzalejos, un referente en el análisis del nacionalismo, asegura que el procés “está muerto” tal y como se ha conocido hasta ahora. “Estamos ante la autopsia del procés, con un fracaso de todo lo que se intentó desde el 6 y 7 de septiembre y el 1 de octubre”. ¿Los argumentos? “Han cambiado la estrategia, y Esquerra Republicana ya vota --este mismo miércoles en el Congreso, también el PDeCAT-- la lista del Gobierno para renovar la cúpula de RTVE”.
El análisis de Zarzalejos, en el seminario Anatomía del Procés, en la UIMP, organizado por la Fundación Joan Boscà, se basa en una idea contraria a lo que difunde el propio independentismo. “La moción de censura es la prueba de que el independentismo necesitaba dar por finalizado el procés, encontrar una ventana para salir, y apoya esa moción contra Mariano Rajoy, algo no previsto por Pedro Sánchez, que no la pensaba ganar”.
Mayor tranquilidad
Es decir, con esa estrategia, ante la imposibilidad de seguir adelante, porque el independentismo, “aunque no lo reconozca” no tiene ni ha tenido una mayoría social detrás, los partidos soberanistas han apostado por Pedro Sánchez para que éste se centre en el conflicto catalán, y se vaya a “un cierto apaciguamiento, a una mayor tranquilidad”. Según Zarzalejos, “eso ha pasado siempre, en el País Vasco y en Cataluña, con proyectos que se repiten en el tiempo, que se aceleran y se retiran, para volver de nuevo a la carga”.
Zarzalejos debatió junto a la jurista Elisa de la Nuez y el asesor en comunicación Joan López Alegre en un debate que fue intenso al discutir si realmente se puede afirmar que el independentismo se retira a los cuarteles de invierno. “Yo no digo que haya muerto, digo que el procés, como lo hemos conocido sí ha muerto, para reaparecer tal vez en unos 15 años”.
Un muro
El periodista no quiso tranquilizar a nadie, sino mostrar otra faceta. “Que ERC vote esa renovación de RTVE me parece inquietante, porque obedece a una táctica, y ya veremos por dónde respira, pero ahora eso es puro autonomismo”.
Previamente, el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias Maldonado, autor de un libro de referencia La democracia sentimental, quiso poner el dedo en la llaga en el campo independentista. “Al independentismo se le puede poner un muro sobre la mesa, una idea para que tengan en cuenta hasta dónde pueden llegar y es que la soberanía también se podría compartir internamente, porque si existen dos comunidades, con un empate factual, también puede haber dos soberanías. ¿De verdad quieren eso?”
¿Quién estará más frustrado?
Arias Maldonado analizó el posible sentimiento de frustración, en función del proyecto por el que se opte para encontrar una solución. “No veo por qué puede quedar más frustrado el independentista que el centralizador o el federalista, si uno de esos tres proyectos no se pueden cumplir. El independentismo debe entender que no puede llegar a más, los números lo han dejado claro. Otra cosa sería con mayorías realmente claras, pero no las han conseguido”.
Las preguntas de los asistentes, con reflexiones constantes sobre la naturaleza del nacionalismo, sobre los conflictos internos de los propios partidos independentistas, como ERC o el PDeCAT demuestran que el proceso independentista, el conflicto catalán, ha calado en el seno de la sociedad española.
Y contundente, y con cuestiones que dejó en el aire, la catedrática de derecho constitucional, Teresa Freixes, emplazó a los partidos políticos de ámbito estatal a “creerse el Estado”. A su juicio, esa falta de compromiso con el Estado, “al no pactar algunas cuestiones nucleares, cuando se ha necesitado”, llevó a “comprar votos beneficiando a los partidos nacionalistas, y así estamos, así hemos llegado hasta aquí”.