La organización radical Arran –las juventudes de la CUP– está pasando por su peor momento desde que se refundó hace ahora seis años. Acorralada por múltiples causas judiciales contra sus militantes, la organización se ha visto obligada a suspender su tradicional fiesta de verano, El Rebrot, que viene celebrando desde su fundación en 2012.
Preguntados por el número de causas judiciales pendientes, Arran asegura a este medio que "actualmente hay más de una cincuentena de militantes de Arran encausadas en diferentes casos." Además, añaden que "la suma económica de todo el que nos piden es de más de 30.000 euros". En relación al festival, la organización reconocía recientemente en un comunicado que “el ahogo económico" en el que se ven sumergidos debido a "la represión" les ha obligado a tomar la "difícil decisión de aplazar la celebración del Rebrot en Marxa 2018”.
El trabajo de 'Alerta Solidària'
Para hacer frente a los juicios, las juventudes de la CUP disponen de la ayuda de Alerta Solidària, una organización integrada en la izquierda independentista cuya función principal reside en dar apoyo jurídico a los militantes y simpatizantes de los independentistas radicales. Esta organización fue creada en el 2000 para hacer frente a los juicios contra el entorno de la CUP, ya fuera a nivel de asesoramiento y formación para sus militantes, como ocupándose de la representación judicial.
Pero lo cierto es que la organización juvenil de la CUP no tiene únicamente un problema de tesorería. Fuentes internas aseguran que existe un cierto malestar debido a dos motivos: la escisión que se oficializó hace unos meses tras la creación del colectivo La Forja y las denuncias públicas de algunas militantes de abusos sexuales dentro de la organización.
Denuncias de abusos
Este último punto fue revelado en marzo de este año por Crónica Global, coincidiendo con uno de los puntos álgidos de mayor discusión y crispación entre diversas mujeres que forman parte del entorno de la CUP. Éstas denunciaron enérgicamente la forma en que el partido y sus organizaciones afines gestionaron internamente los abusos y agresiones sexuales cometidos por parte de sus militantes. La reacción del mismo fue tratar de silenciar los casos más mediáticos, mientras algunos afiliados reconocían abiertamente los hechos por los cuales estaban siendo denunciados por sus compañeras de partido, parejas y exparejas.
Sobre esta cuestión, también cabe recordar las múltiples denuncias contra cantantes e integrantes de grupos de música cercanos a la CUP, cuyo caso más sonado fue el boicot contra el grupo Itaca Band. Pero también se están viendo salpicadas figuras importantes de la CUP como Pau Llonch, cantante de Atversaris y miembro destacado de la Crida en el municipio de Sabadell.
Por otra parte, la creación de La Forja tampoco ha ayudado a cohesionar a las juventudes de la CUP. En el comunicado donde anunciaban su fundación en marzo pasado, La Forja se definía como "la organización juvenil revolucionaria" que nace "con la voluntad de movilizar la juventud para culminar con la constitución de la República socialista, feminista y ecologista de los Países Catalanes".
Tras la aparición de La Forja, en realidad se esconde una escisión política en el seno de Arran. Esta división se ha producido por el malestar de algunos de los militantes, que se encuentran más cercanos a las tesis políticas del colectivo Poble Lliure que de Endavant.
Partida en dos
Las tensiones dentro de la CUP y de sus juventudes fueron especialmente ásperas en el proceso de investidura de Artur Mas en 2016. En aquel momento, las dos almas del partido discrepaban sobre la postura que debía adoptar la formación antisistema en la votación de investidura del expresidente catalán. Mientras que Poble Lliure defendía la unidad de las fuerzas independentistas y la investidura de Artur Mas, el ala izquierdista del partido abogaba por negarse rotundamente a que el líder convergente repitiera como presidente, lo que llevó a la posterior investidura del ahora prófugo Carles Puigdemont.
Esta tensión también se trasladó a Arran, donde diversas asambleas de la provincia de Girona se posicionaron a favor de los postulados de Poble Lliure. Tras su derrota en el consejo político de enero de 2016, el ala independentista quedó resentida por el poder de decisión de las organizaciones como Arran, con derecho a voto en este decisivo órgano de poder del partido. Por ello, algunos de sus jóvenes militantes han decidido segregarse y volver a la situación previa a la fundación de Arran, cuando coexistían dos organizaciones juveniles dentro de la CUP: Maulets y CAJEI (Coordinadora de Asambleas de Jóvenes de la Izquierda Independentista).
De esta manera, se está tambaleando el proyecto de unificación de estas dos organizaciones que culminó en 2012 con la creación de Arran, justamente para dotar de una cierta seriedad y compromiso a las juventudes de la CUP. Resta por ver si la penuria económica y las divisiones internas entre los jóvenes radicales afectan a su actividad estival, centrada en acciones inspiradas en la Kale Borroka vasca, pero con los enemigos del independentismo como blanco de sus ataques.