Los presidentes provinciales han recibido órdenes y éstos las trasladan a los cuadros y militantes más activos. “Hay que votar a Cospedal”. Pero eso es ya una política del pasado. Los militantes del PP, en un proceso que no denota alegría, según los propios candidatos a presidir el partido, se decantan por Pablo Casado. Y los nervios son ya enormes, por la predilección por Casado, pero, principalmente, porque se evidencian las carencias del hasta ahora granítico partido. Si se exhibía el número de 800.000 militantes, resulta que a corriente de pago, para que puedan concurrir a las primarias internas, sólo hay 64.523 militantes que se han inscrito, el 7,4%.
Eso constituye un verdadero dolor de cabeza para los propios responsables de esa maquinaria interna, con María Dolores de Cospedal como secretaria general. Lo que se comprueba ahora, con los primeros actos de campaña, y tras la presentación de avales, es que Pablo Casado se configura como el dirigente con más posibilidades de sustituir a Mariano Rajoy como líder del PP.
Casado, ¿ganador?
Se presentó, según apuntan distintas fuentes del PP, como una muestra de valentía y como un mensaje para que los que tuvieran más responsabilidades dieran un paso al frente. Es decir, fue una apelación para que Alberto Núñez Feijóo presentara su candidatura. Eso no ocurrió y Casado, vicesecretario general, se beneficia de la pugna entre Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.
Las fuentes consultadas aseguran que si Casado es uno de los dos candidatos más votados, y, por tanto, llega al congreso del PP en esa posición, pendiente sólo del apoyo de los compromisarios del partido, será el elegido. La rivalidad entre Sáenz de Santamaría y Cospedal provocaría que sus fieles votaran a Casado para que no lo fuera la adversaria.
Andalucía y Galicia, decisivos
¿Es lógico? Lo que los dirigentes del PP están comprobando es que Casado podría ser el único revulsivo para el partido, en condiciones de competir contra un PSOE que ha resucitado con Pedro Sánchez en el Gobierno.
Los militantes que podrían ser decisivos se encuentran en Andalucía y Galicia, según apuntan las mismas fuentes del PP. En Cataluña, en cambio, se da por hecho que Casado ganará con cierta comodidad, con Cospedal en segunda posición y Sáenz de Santamaría por detrás, sin demasiados apoyos, con Enric Millo como uno de los pocos sustentos.
Creerse o no las primarias
El PP no vive con comodidad el proceso de primarias. Esa baja participación ha movilizado todos los resortes, y el propio Casado anunció este martes que pedirá al comité organizador del congreso que alargue el plazo y que deje hasta el cinco de julio como límite, el mismo día de la votación, para que los militantes puedan ponerse al corriente del pago de las cuotas, que se ha establecido en una tarifa plana de 20 euros y participar en las primarias. La información sobre los inscritos en el proceso, que no llega al 10%, llevó a Casado a admitir que deben ser “autocríticos y reconocer que no es una buena noticia”.
La reflexión de Casado da cuenta del embrollo en el que se ha situado el PP, tras la renuncia de Mariano Rajoy a la dirección del PP y la sensación de que puede ocurrir cualquier cosa, también una ruptura interna. “Si hacemos unas primarias, hay que creérselo”, afirmó, para advertir de que las posibles presiones de algunos candidatos puedan favorecer, de hecho, la apatía de esos mismos militantes. “El PP tiene que cambiar, y, entre otras cosas, debe acabar con la desilusión que hay en la militancia, la falta de participación o el que en un congreso con primarias haya militantes a los que se presiona para apoyar a una u otra candidata, con lo que, al final, optan por no participar”.