El Rey Felipe VI junto al presidente del Gobierno Pedro Sánchez (c), y el presidente de la Generalitat Quim Torra (d), durante la inauguración de los XVIII Juegos Mediterráneos / EFE

El Rey Felipe VI junto al presidente del Gobierno Pedro Sánchez (c), y el presidente de la Generalitat Quim Torra (d), durante la inauguración de los XVIII Juegos Mediterráneos / EFE

Política

La ridícula excusa del Govern para justificar los silbidos a Torra

Artadi y Maragall afirman que el público de los Juegos del Mediterráneo de Tarragona fue seleccionado por el Ayuntamiento del PSC, algo que el alcalde niega

23 junio, 2018 13:30

El Govern se resiste a reconocer que Quim Torra fue abucheado en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo de Tarragona. Y por eso busca excusas. Los consejeros Elsa Artadi y Ernest Maragall han coincidido en asegurar que el público asistente fue seleccionado por el Ayuntamiento de la ciudad, cuyo alcalde es el socialista Josep Félix Ballesteros.

Fue cuando el primer edil de la ciudad saludó al presidente de la Generalitat cuando se oyó un sonoro silbido desde las gradas. Era el colofón a una estrafalaria jornada en la que Torra amagó con plantar al Rey en ese acto y después anunció que acudiría a inaugurar los Juegos porque, dijo, se celebran "en nuestra casa". 

La consejera de Presidència, Elsa Artadi, ha denunciado que el público estaba "sorprendentemente seleccionado. Nos sorprendió que hubiese tan poca gente, porque desde la secretaría de Deportes de la Generalitat se habían pedido invitaciones para compromisos, tanto para nosotros como para la Diputación de Tarragona, y se nos dijo que no había".

Por su parte, el consejero de Exteriores, Ernest Maragall ha utilizado Twitter para asegurar que el público del estadio fue "escogido y controlado" y que en la tribuna de personalidades había "mucho Estado con olor en naftalina".

Por contra, el alcalde de Tarragona, que también es presidente del Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos, ha negado la versión de Artadi y ha asegurado que era "materialmente imposible seleccionar al público" que asistió a la inauguración.

"La venta de entradas la depositamos bajo contrato a la empresa Ticketmaster, y sólo se podían comprar de seis en seis. No lo habríamos hecho nunca", ha explicado Ballesteros, quien también ha indicado que la Generalitat tenía todas las invitaciones que pidió "en tiempo y forma" y que las que Artadi ha denunciado que no recibieron "debían ser de última hora".