Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, y la coordinadora de PDeCAT, Marta Pascal, tienen ya estrategias diferentes, con el nuevo 'artefacto' que supone Junts per Catalunya / EFE

Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, y la coordinadora de PDeCAT, Marta Pascal, tienen ya estrategias diferentes, con el nuevo 'artefacto' que supone Junts per Catalunya / EFE

Política

El PDeCAT echa un pulso a Puigdemont

La formación que lidera Marta Pascal votó a favor de la moción de censura de Sánchez y quiere ahora al alcalde de Igualada, Marc Castells, como presidente de la Diputación de BCN

6 junio, 2018 00:00

Aire, mucho aire ha cobrado el PDeCAT. La dirección del partido, subsumido por Carles Puigdemont y el movimiento Junts per Catalunya, ha echado un pulso al expresidente y trata de sacar la cabeza con decisiones que muestran autonomía.

La primera y que tendrá claras consecuencias ha sido la votación en el Congreso a favor de la moción de censura de Pedro Sánchez, cuando Puigdemont se inclinaba sólo por una abstención. La segunda, no menos importante, es la apuesta, avalada por la ejecutiva, de elegir a Marc Castells, alcalde de Igualada, como presidente de la Diputación de Barcelona en sustitución de Mercè Conesa, propuesta para la presidencia del Puerto de Barcelona. Castells ya es vicepresidente segundo de la Diputación de Barcelona, y hombre de confianza de Marta Pascal, con ascendente entre la militancia del partido.

Bronca interna

La primera decisión, la moción de censura, sigue provocando un debate interno en Junts per Catalunya. La elección de Puigdemont de que lo importante, a partir de ahora, será esa marca, como un movimiento transversal del independentismo, que albergará al PDeCAT, pero sólo como una parte más, ha dejado a la dirección de la ex-Convergència en una situación delicada.

En las últimas horas, diversos miembros destacados de Junts per Catalunya han protagonizado un debate muy crítico con la dirección del PDeCAT, que, en Madrid, se siente con las manos libres. La diputada en el Parlament Aurora Madaula, del núcleo duro de Puigdemont, arremetió contra el diputado del partido en el Congreso Sergi Miquel, presidente de la JNC. Le recriminó que no se atara, con esa votación, ninguna medida como el final del control financiero de la Generalitat. Miquel se defendió asegurando que una abstención como pedía Madaula, obedeciendo órdenes de Puigdemont, no hubiera servido para nada y “Rajoy, en ese caso, seguiría siendo presidente del Gobierno”.

Fuertes en Madrid

Lo que ocurrió es que el grupo parlamentario del PDeCAT en Madrid bebe directamente de lo que fue Convergència, con tres diputados clave: Carles Campuzano, Jordi Xuclà y Ferran Bel. Está cohesionado y entiende que ha llegado el momento de jugar las cartas en la política española, después de permanecer poco menos que congelado en los últimos años, pendiente sólo de la estrategia rupturista de Puigdemont.

Eso enlaza ahora con la celebración de un congreso en el que se desea cambiar a la dirección, precisamente, por parte de los hombres de Puigdemont, y que tienen como estandarte, por ahora, al alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals. Y aquí viene la segunda acción clara del equipo de Marta Pascal, respaldada por el grupo parlamentario de Madrid.

Maniobras de Junts per Catalunya

Y es que la ejecutiva quiere a Marc Castells para sustituir a Conesa, mientras que los hombres de Puigdemont han jugado con el nombre de Meritxell Budó, la alcaldesa de La Garriga, para sustituir al frente de la Diputación de Barcelona --una instancia de poder determinante para el partido— a Mercè Conesa.

Pascal y su equipo sacan la cabeza, esperando ese congreso, y con la idea clara de que pueden, después de varios años, hacer política, negociar y llegar a acuerdos, en Madrid y en Barcelona. Se trata de emanciparse de Puigdemont y recuperar espacios de entendimiento.