Hacer en cinco meses lo que los independentistas no han hecho en siete años. Esa es la promesa del nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien en un intento de moderar su discurso, desgranó sus proyectos sociales y económicas. No tiene ni tiempo, ni competencias, ni fiscalidad ni presupuesto ni consenso para hacerlo:
1. Sin tiempo, solo cinco meses
Lo confesó en su discurso de investidura: se trata de un gobierno excepcional y provisional. Una afirmación que el propio Carles Puigdemont (quien dirigirá sus pasos desde el exilio) corroboró el sábado cuando contraprogramó al candidato y avisó de que, muy probablemente, en octubre se convocarían nuevas elecciones --en esa fecha ya habrá transcurrido el año preceptivo para adelantar comicios--. “Quiere hacer en cinco meses lo que no ha podido hacer en siete años”, aseguraban diputados de la oposición tras escuchar a Torra. Lo decían no solo por la hoja de ruta secesionista que el nuevo presidente dice querer impulsar, sino por las las medidas sociales y económicas que ha prometido impulsar: Nada menos que ocho planes nacionales, tres planes integrales, dos leyes una agencia pública y el desarrollo de dos decretos y un reglamento.
2. Sin nuevo presupuesto
Quim Torra intentó ayer compensar la falta de discurso social y económico de su primera intervención y ha desgranado de forma muy genérica su acción de gobierno. Varios de los proyectos pretenden dar continuidad a promesas que se remontan al primer gobierno de Artur Mas. Torra ha soslayado los recortes que Junts per Catalunya --la nueva Convergència-- aplicó a las políticas sociales con apoyo de ERC. Ahora se compromete a impulsar iniciativas en materia de vivienda, sanidad, FP --promete una Agencia Pública de Formación y Cualificación Profesionales que se debería haber creado hace dos años---, medio ambiente o cultura. Pero no dice cómo lo va a implementar y, sobre todo, cómo se van a pagar esos proyectos, dado que ya se han prorrogado los presupuestos de la Generalitat de 2017. Y difícilmente se van a poder aprobar unos nuevos presupuestos para 2019, si hay convocatoria de elecciones en octubre, verano mediante.
3. Sin competencias, de nuevo contra la ley
Quim Torra promete crear una nueva república. Y asegura que piensa restituir las 16 leyes suspendidas por el Tribunal Constitucional. No detalló el listado de las mismas, pero en la mente de todos está la ley de transitoriedad jurídica, un compendio de acciones contrarias a la ley. Como lo es su idea de reabrir las “embajadas” catalanas.
Ya en materia, uno de los proyectos estrella de Quim Torra, ha dicho, es el Corredor Mediterráneo, reclamado reiteradamente por el sector empresarial. La oposición le ha recordado que se trata de un proyecto transfronterizo, sufragado por fondos europeos en base al proyecto español. Asimismo, el nuevo presidente catalán promete subir el salario mínimo interprofesional a 1.100 euros, una materia en la que tampoco tiene competencias
4. Sin fiscalidad
Cataluña no tiene competencias para aplicar un IVA cultural superreducido, que forma parte del paquete de promesas fiscales que Torra ha hecho en el hemiciclo. Quiere reactivar el canon digital audiovisual que fue suspendido por el Tribunal Constitucional por entender que supone una doble carga fiscal que se superpone al IVA.
El president, eso sí, se ha referido al despliegue de la Agencia Tributaria Catalana como una de sus prioridades, aunque ha eludido hablar de cuál será su modelo fiscal --un tema espinoso que, hasta ahora, se ha saldado con la creación de impuestos especiales para contentar a ERC y CUP-- y, sobre todo, de la negociación con el Gobierno del nuevo sistema de financiación autonómica. Cualquier ampliación de competencias catalanas en materia fiscal debe pasar por el visto bueno del Estado. Pero no parece que Torra (o Puigdemont desde el exilio) esté por la labor.
5. Sin consenso político y social
Es prácticamente imposible impulsar en solo cinco meses un total de ocho “planes nacionales” en materia de universidades, vivienda, libros, empleo, industria, transición energética, bioeconomía y sociedad digital. Lo demuestra el Plan Nacional por la Industria, que quedó interrumpido en la anterior legislatura. Estos planes requieren el consenso de todos los agentes que intervienen en cada sector. Y, sobre todo, que los independentistas se pongan de acuerdo, ya que las diferencias ideológicas entre los conservadores de JxCAT y las fuerzas progresistas de ERC y CUP, pueden obstaculizar esos planes. Además, Torra quiere crear dos planes integrales sobre listas de espera, internacionalización del sector agroalimentario y calidad del aire.